Cuando Damon Albarn, el famoso frontman de Blur y Gorillaz, presentó hace poco Everyday Robots, su álbum de debut como solista, en un concierto acústico llevado a cabo en el Miraikan (el Museo Nacional de Ciencias Emergentes e Innovación de Tokio), la audiencia incluyó, apropiadamente, un invitado especial: el androide realista femenino Otonaroid®, uno de los robots teleoperados más avanzados del mundo, que, como tal, forma parte del staff del museo.

el androide Otonaroid®. (fotograma del video del evento registrado por thecreatorsproject.vice.com)

Mientras los fans de Albarn se delectaban escuchando el set, Otonaroid® podía ser vista moviendo su cuerpo e incluso tarareando las letras de las canciones, confundiéndose casi a la perfección con el resto de la audiencia. 

Ese "casi", sin embargo, sigue siendo importante, pues en esa brecha de las apariencias que nos separa, tenue pero insoslayablemente, de los productos más avanzados de la robótica contemporánea, se juega no solo el futuro de nuestra relación con la tecnología, sino también la definición de lo que consideramos propiamente humano (¿y qué podría ser más humano, dicho sea de paso, que la experiencia estética de escuchar una canción?). 

"Tienes que estar muy cerca para no creer que pueda ser una persona. Supongo que es el sentido completo de la alteridad, ¿no? Para que nos comprometamos de verdad con ellos, tienen que parecérsenos" dijo Albarn sobre esta singular experiencia que, por cierto, se compagina maravillosamente bien con el espíritu a la vez futurista y nostálgico que rezuma su último álbum. No dejen de escucharlo.


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