Debido a que se nos han acabado las explicaciones para entender al electorado peruano, esta redacción se dio cuenta ayer que desde elecciones presidenciales del 2001, luego del fraude de Alberto Fujimori un año antes, el candidato ganador fue siempre el que había quedado segundo en la elección anterior. Veamos, pues los grandes tiburones ya están preparando sus campañas rumbo al 2016.
En 2001, el líder de Perú Posible, Alejandro Toledo, le ganó con un con 53 % a Alan García, quien había llegado a la segunda vuelta dejando atrás a Lourdes Flores. El líder del Apra quedó segundo con 47%.
En la elección siguiente, la del 2006, fue el líder del Apra quien se convirtió en presidente del Perú (por segunda vez). Alan García le ganó a Ollanta Humala; Humala se convirtió en presidente en la elección siguiente al ganarle a Keiko Fujimori.
La pregunta es, entonces: ¿será que se repetirá extraña tendencia? ¿Le toca a Keiko Fujimori, segunda en la última elección?
ALEJANDRO TOLEDO LE GANA A ALAN GARCÍA
El líder del Apra no olvidará jamás esa derrota. Recordemos que Alan García se exilió del Perú, primero en Colombia y luego en Francia, desde el Autogolpe de Alberto Fujimori, en 1992. No participó en la vida política del Perú entre 1993 hasta 2001, cuando volvió para postular a la presidencia por segunda vez, aunque 10 años atrás había dejado al país en la quiebra absoluta y con Sendero Luminoso destruyendo el país.
La elección la ganó Alejandro Toledo con un margen de más o menos 3%, un millón de votos aproximadamente. La contienda terminó 51% contra 49%.
TARDÓ PERO LLEGÓ
5 años después de ese segundo lugar, Alan García le ganaría la elección a Ollanta Humala, quien perdió por un breve margen de 3%. En la primera vuelta, Humala y Lourdes Flores, candidata del Partido Popular Cristiano corrieron una apretada carrera en pos de la segunda colocación, que les permitiría enfrentarse a García en la segunda vuelta; Humala pasó por menos de 1%, unos 40 mil votos. En ese momento, Humala era el candidato "antisistema", cercano a Hugo Chávez y radical.
¿La izquierda lo recordará así?
Alan García capitalizó muy bien el rechazo peruano a la cercanía de su competidor con Hugo Chávez y ganó las elecciones con un 52% de votos a su favor, una mayoría de peruanos que le dio su apoyo quizá con poca convicción y con la memoria fresca del desastre de 1985 a 1990, pero con una clara voluntad de no favorecer al Humala de la camiseta roja.
Ollanta Humala le gana a Keiko Fujimori
Esta campaña tuvo de todo. Keiko Fujimori hizo todo lo posible para distanciarse de la imagen de su padre, carga pesada que marcó todo el proceso electoral por sus violaciones a los derechos humanos y la gran red de corrupción del Estado instalada en el ejecutivo. Como olvidar, además, la frase del fujimorista Jorge Trelles, vocero del partido, que tal vez contribuyó a que Ollanta Humala consiga los puntos que necesitaba: "Nosotros matamos menos".
Ollanta Humala se convirtió en otra persona. No sabemos si el comandante en retiro recapacitó o se dio cuenta de que algo estaba haciendo mal, pero de pronto el libre mercado y el capitalismo se volvieron sus frases favoritas y se olvidó de La Gran Transformación, que tanto proclamó. De la Gran Transformación a la Hoja de Ruta podríamos entender la victoria de Ollanta Humala, que le ganó a Keiko Fujimori con una ventaja de 2%. Es decir, por un pelito. Ambos candidatos se repartieron los casi 20 millones de electores peruanos de esa elección.
Keiko Fujimori viene trabajando muy fuerte en las regiones para afianzar el poder de su partido, Fuerza Popular. Y no son pocos los que recuerdan muchísimo a Alberto Fujimori, su padre, de quien ella intentó deslindar en la última elección (que perdió). ¿Logrará esta vez capitalizar el voto fujimorista, ya la vez alejarse de la herencia paterna, de corrupción y destrucción del Estado? También se lo pregunta su -por ahora- principal competidor: Alan García.
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