Tras las jornadas presidenciales de Brasil y Bolivia, este mes finalizará con las de Uruguay (el mismo día en que se llevará a cabo la segunda vuelta en el gigante sudamericano). Todo indica que en ese país también habrá segunda vuelta. Tabaré Vásquez, del oficialista Frente Amplio, quiere suceder a Pepe Mujica y volver a Suárez y Reyes (residencia del jefe de Estado) y compite con Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, y Pedro Bordaberry, del Partido Colorado. Los favoritos son los dos primeros. 

De acuerdo con los recientes sondeos, Vásquez cuenta con el 42% de las preferencias y Lacalle (hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle) con el 32%. En tanto, Bordaberry tiene el 15%.

 ¿Quiénes son y qué proponen estos tres candidatos?

Tabaré Vázquez

Es el más conocido. Cuenta con una larga trayectoria política iniciada en los últimos años de la dictadura militar cuando se adhirió al Partido Socialista. En 1989 ganó las elecciones para la Intendencia de Montevideo y se transformó en el primer intendente de izquierda del país. El oncólogo fue en varios periodos presidente del Frente Amplio, la colación de centro-izquierda fundada en 1971 y, de ese mismo partido, fue el candidato a la presidencia en 1994, 1999 y 2004. Ganó esta última votación y se convirtió en el primer presidente frenteamplista en la historia de Uruguay.

Con 75 años, Vázquez representa la “experiencia” –dice el periodista argentino Matteo Forciniti, quien ha hecho un perfil de los tres candidatos–. El expresidente propone continuidad con las políticas sociales de los últimos dos gobiernos que han logrado reducir mucho el nivel de pobreza y mejorar las condiciones de vida de la población. Para un posible tercer período, propone bajar la carga impositiva a toda la población pero en forma “gradual”. Sistema nacional de cuidados, infraestructuras y descentralización serán otros temas de su agenda, así como el mejoramiento de la educación que es un gran desafío.

Sin embargo, los electores de izquierda lo acusan de ser demasiado moderado y autoritario. En el 2008 vetó la aprobación de la ley de aborto y en el mismo periodo confesó haber llamado a George Bush para pedirle ayuda en el conflicto por las plantas de celulosa con Argentina. Es de público dominio, además, su pertenencia a la masonería. Hay una parte de frenteamplistas que se sienten traicionados, aunque afirman que lo votarán igualmente sin entusiasmo. Lo cierto, es que es menos popular que Mujica.

Luis Lacalle Pou

Fue la gran sorpresa de las internas del Partido Nacional cuando ganó a Jorge Larrañaga (actual candidato a la vicepresidencia) y hoy tendría alrededor del 32% de los votos según las encuestadoras. Pertenece a una familia de larga trayectoria política que va desde su bisabuelo Luis Alberto de Herrera hasta su padre Luis Alberto Lacalle, expresidente uruguayo entre 1995 y 2000 que llevó adelante políticas neoliberales en la economía. Lacalle Pou se recibió como abogado y fue desde el 2000 hasta el 2010 diputado. Durante el 2011 presidió la Cámara de Representantes.

En el partido blanco, integra un sector conservador aunque trata de negarlo afirmando continuamente que “es más importante la gestión que la ideología”. En su programa se declara a favor de las inversiones y promete bajar la inflación y el déficit fiscal. En la política exterior busca aperturas internacionales (aunque no hacia Argentina). Insiste también en el problema de la seguridad en el país y lanzó el plan de “Asentamientos cero”. Su reforma de la educación prevé mayor autonomía de los centros educativos.

Está haciendo una óptima campaña electoral basada en “la positiva” y en el recambio generacional. Es, sin duda, el candidato que sabe comunicar mejor. Sin embargo, su propuesta política no es para nada nueva y se parece más el regreso al Uruguay de los noventa.

 

Pedro Bordaberry

Con 54 años, el candidato del Partido Colorado, abogado y docente universitario, tiene pocas posibilidades de superar el 15% del electorado uruguayo. En el 2001 ocupó el Ministerio de Turismo y después el de la Industria. Fue uno de los fundadores del sector “Vamos Uruguay” que levantó un partido prácticamente destruido. De hecho, en el 2004, los colorados obtuvieron la votación más baja de su historia: 10%. Fue el candidato en las elecciones presidenciales del 2009 y obtuvo el 17%.

El verdadero partido que juega Bordaberry es el plebiscito sobre la baja de edad de imputabilidad a 16 años que las encuestas dan en derrota.

En cuanto a la campaña electoral, es la más particular: en todos los afiches aparece en gran tamaño el nombre “Pedro” respecto a su apellido. Como escribió en ElPais.com el ex presidente Sanguinetti, “Bordaberry carga con la pesada mochila de ser hijo de quien ejerció la dictadura”.