Y siguen los anuncios en Estocolmo. Esta vez la Real Academia de las Ciencias Sueca informó que los estadounidenses Eric Betzig y William E. Moerner y el alemán Stefan W. Hell ganaron el Nobel de Química 2014 por desarrollar la microscopia fluorescente. De esta manera se reconoce su trabajo en el desarrollo de microscopios de alta resolución que emplean moléculas fluorescentes, una técnica también denominada nanoscopia.

Ésta permite "estudiar moléculas individuales dentro de células vivas, algo hasta entonces imposible con las técnicas de los microscopios ópticos tradicionales. Este avance ha contribuido al estudio de enfermedades como el alzheimer y el parkinson, así como en el análisis de procesos cognitivos en las neuronas del cerebro", explicó el jurado.

Betzig, nacido en 1960, es doctor por la Universidad Cornell de Ithaca (Nueva York) y trabaja actualmente en el Instituto Médico Howard Hughes, de Ashburn (EEUU). W. Hell, nacido en Rumania en 1962, se doctoró en la Universidad de Heidelberg y dirige hoy el Instituto Max Planck de Química Biofísica, en Gotinga (Alemania), y el Centro Alemán de Investigación contra el Cáncer de Heildelberg. Moerner, nació en 1953 y, tras doctorarse como Betzig en la Universidad Cornell, trabaja en la Universidad de Stanford.

Como se recuerda, el año pasado, la academia premió en este rubro a tres investigadores –el austríaco Martin Karplus, el británico Michael Levitt y el israelí Arieh Warshel– por elaborar sistemas informáticos universales que han revolucionado el estudio de la química y con aplicaciones en múltiples campos, desde la medicina a la mecánica.


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