Este domingo 5 de octubre son las elecciones presidenciales en Brasil. Dilma Rousseff y Marina Silva son las favoritas. De acuerdo con las recientes encuestas, habrá segunda vuelta, y aunque hasta hace poco se decía que en ella la líder evangélica podría superar a la actual presidenta, los últimos sondeos muestran que ésta recuperó el paso.  

Sea quien fuere electa, no la tendrá fácil. Analistas consultados por la agencia de noticias EFE afirmaron que la ganadora deberá negociar con los nuevos representantes de la Cámara baja, que no serán pocos ya que todo indica que los principales partidos verán reducidas sus bancadas. Y es que los partidos medianos y pequeños lograrán más escaños, aunque no tendrán la influencia de los 'partidos tradicionales'.   

"Ante el menor espacio de los partidos tradicionales y de la renovación, especialmente en la Cámara de Diputados, el próximo presidente, cualquiera que sea, tendrá que negociar con varios partidos para garantizar una mayoría puntual", respondió Antonio Augusto de Queiroz, analista del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP).

El escenario post electoral

Además de la jefa de Estado, los brasileños elegirán a gobernadores de los 27 estados del país,  la tercera parte del Senado (27 escaños) y la totalidad de la Cámara de Diputados (513).

Pese a que la renovación será limitada en el Senado debido a que 54 senadores aún tienen cuatro años de mandato, en la Cámara Baja se proyectan grandes cambios, con el número de partidos con representación que aumentarían de 22 hasta 28,  prevé el DIAP. De los actuales 513 diputados, 391 aspiran a la reelección.

Según DIAP, el Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff,  logrará tener 82 diputados (seis menos de los actuales), pero se mantendrá como primera mayoría. En tanto, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del PT y que se mantendrá como segunda mayoría, contaría dede enero con 60 diputados (12 menos que ahora).

"En caso de que sea reelegida, la presidenta aún contará con una base parlamentaria muy consistente, la mayor entre todos los candidatos, pero menor a la que tenía e insuficiente para garantizar la aprobación de enmiendas constitucionales", explicó Queiroz.

Como se sabe, Rousseff ofreció durante la campaña varias reformas que demandarán cambios constitucionales, por lo que tendrá que negociar con otros partidos. Lo más probable es que intente reconquistar el apoyo del Partido Laborista Brasileño (PTB) y del Partido Socialista Brasileño (PSB).

Marina Silva y Aécio Neves –dice Queiroz– contarían con una base parlamentaria muy débil y, en caso de que asuman la Presidencia, tendrán que negociar con varios partidos para alcanzar una mayoría. El apoyo que logre Marina Silva es una incógnita debido a que ha dicho que no pretende gobernar aliada a los partidos sino con los "mejores" de cada formación.


Estaremos atentos a lo que ocurra el domingo.