Al parecer algunos se han tomado muy en serio aquello de que con estas elecciones a Lima se le viene algo parecido al apocalipsis. Solo así nos explicamos que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) organice una misa veinticuatro horas antes con el fin de 'bendecir el proceso'. Ceremonia en la que participarán los titulares de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), así como otras autoridades.
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A través de un comunicado se informó del acto recalcando -con orgullo-, que se trata de la primera vez que se realiza algo semejante en el contexto de un proceso electoral. La pregunta es lógica, ¿es necesario?
Aunque, buceando un poco en su web institucional, nos damos con la sorpresa de que esto de las misas parece ser un 'hobby' para Francisco Távara, presidente del JNE. La ocasión no importa, puede que sea navidad o su cumpleaños, pero la cosa es que haya misa.
¿Hasta cuándo vamos a repetir que el Perú es un estado laico en el que las iglesias deben mantener una distancia considerable de la política? Porque una cosa es que el presidente del JNE sea católico, pero otra muy distinta es utilizar el nombre de un organismo estatal para organizar este tipo de actos que no deberían tener carácter representativo alguno.
El oficio religioso se llevará a cabo en la Catedral de Lima. ¿Estará a cargo de Juan Luis Cipriani?¿Tendremos que aguantar que por enésima vez el cardenal utilice su homilía para decir qué es 'lo mejor' para Lima acorde a lo que dicta una fe que no todos los peruanos están en obligación de profesar?¿Seguiremos sin entender que nadie lo ha elegido en cargo alguno como para que se siente con derecho de opinar a nombre de todos los ciudadanos?
Pero mejor preguntémonos cosas más importantes. ¿Reemplazarán las sagradas manos de curas y monjas a las Fuerzas Armadas en la vigilancia del material electoral? ¿Se nos entregará luego de emitir nuestri voto una estampita? ¿El anuncio del resultado se hará desde el palacio arzobispal?
Y sobre todo, ¡¿de dónde sale la plata para estas misas?!
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