Dice que la han malinterpretado, que no quiso decir lo que dijo. Que hay una guerra sucia en su contra y que el PPC, partido del que su padre fue líder histórico está detrás de ella.
Al parecer a Madeleine Osterling se le han pegado algunas de las mañas del fujimorismo, intento de partido político que hoy la cobija en sus afanes por convertirse en la nueva alcaldesa de San Isidro. La abogada no solo ha hecho uso de la demagogia con su propuesta de hacer un parque idílico sobre una vía que no está bajo la competencia del municipio de dicho distrito, sino que ha hecho gala de su lado más clasista al referirse a la Gran Unidad Escolar Alfonso Ugarte.
Porque claro, ella ha salido indignadísima a aclarar que nunca dijo que cerraría el colegio para hacer una torre de estacionamientos o un centro empresarial, sino que le 'recomendaba' al Ministerio de Educación, que construyera los mismos en uno de los patios o hacerlo de forma subterránea.
Ya, digamos que le creemos. El asunto es, ¿solo el colegio Alfonso Ugarte Podría ser usado para esos fines? Porque una frasesita que la doña sí no podrá desmentir ni decir que fue sacada de contexto es aquella de "La mayoría de niños que estudia en ese colegio no vive en San Isidro". Ah ya, entonces hay que desterrarlos, que se vayan a los montones de 'Alfonso Ugarte' que se podrían construir en "otros distritos de Lima" con lo que se recaude de los estacionamientos, ¿no?
(Foto extraida de http://bit.ly/1P9z89R)
Pero ya que Osterling Letts, (sí, sobrina de Doris, prima de Jaime) tiene tan buenas ideas sobre como ayudar a aprovechar el espacio de los colegios para darle paso a los vehículos, vamos a ayudarla en la campaña y vamos a colarnos en su equipo técnico para recomendarle otros centros educativos que podrían servir también para lograr el San Isidro de sus sueños.
Colegio San Agustín
Si el pretexto para meter la cuchara en el Alfonso Ugarte es su ubicación en el centro financiero de la ciudad, que mejor que el maravilloso terreno del San Agustín. Una torre en él definitivamente quedaría di-vi-na, y haría que dicho espacio no parezca tan desabrido entre el Continental y el Interbank. Anímate, Made. 55,500 m2, a US$3,500 el metro cuadrado. Suena bonito y tentador.
Santa Úrsula
Un poquito más abajo, prácticamente al lado del centro empresarial de la ciudad, el Santa Úrsula se presenta también como un caramelito para los deseos de Madeleine. A ver, imagínate, hija. Unos fabulosos estacionamientos que alberguen no solo los autos de quienes trabajan en los edificios de Camino Real y alrededores, sino también los de aquellos que van al auditorio del plantel a disfrutar de sus conciertos de música clásica. Porque eso sí, el auditorio no nos lo tocas. 24,700 m2, Madeleine. Regio, ¿no?
María Reina
Y si necesitamos más estacionamientos cercanos al centro empresarial y al centro financiero, no podemos dejar de lado la cercanía a los centros más comerciales del distrito. Mira ese patio, Madeleine. ¿No dan ganas de frotarse las manos? Y como para que te hagas una idea que de verdad se trata de un terrenón, aquí una foto de los años aquellos.
Porque el sótano del óvalo Gutiérrez ya se está quedando chiquito y cuando uno quiere ir al Alcázar, comprar sus cereales fitness en Wong o tomarse su Frappuccino en Starbucks, la gentita ya no tiene donde meter el 'meche'. Y ese es un gran problema que tienes que resolver en el distrito, darling. Prioridades son prioridades.
Lo desalentador del asunto es que al parecer los desvaríos de la señora han surtido efecto. Ha logrado que los vecinos que aún creen tener ese complejo de superioridad se vean reflejados en uno de sus candidatos y le aplaudan propuestas imposibles de cumplir. ¿Por qué? Porque no le compete. El techo-parque sobre la Vía Expresa es imposible porque se trata de una vía metropolitana por la que el municipio capitalino debe decidir. Y sus uñas con manicure a la francesa tampoco pueden tocar un colegio estatal que está bajo responsabilidad del Ministerio de Educación.
¿Por qué solo nos metemos con el colegio nacional? ¿O es que acaso Madeleine Osterling sabe que con la Iglesia no se juega y le tiene más miedo a las monjas y a los curas que a los niños que estudian en San Isidro pero no viven en él?
La pregunta es, ¿los que estudian en los colegios que le proponemos, sí?
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