'Boyhood' es una película sincera. Richard Linklater, el director, lleva al extremo el realismo y grabó 12 años consecutivos el crecimiento de Mason, el pequeño que convive con las dificultades económicas de su madre, constantes mudanzas y padrastros. 12 años que pasan en casi tres horas como si vieras tu propia infancia y adolescencia desde la ausencia de no saber nada de papá. 12 años en los que vivir lejos de papá y sin tener un ejemplo claro de lo qué es vivir con tu viejo.
De niño la vida es un desorden constante. Vivir sin papá aumenta la percepción de que la vida no te da nada, es desconocer cuál es tu lugar en tu familia y en el mundo.
Mason está siempre mirando el mundo. Lo enfrenta desde la incertidumbre de ignorar dónde está papá realmente, de ignorar por qué mamá se enamora de tipos ebrios que entre gritos le muestran la cara más difícil de la vida de un niño: ¿son estos tipos los llamados a reemplazar a nuestro padre verdadero?
Un padre autoritario profundiza más la ausencia de un padre.
"Yo no voy a ser el padre al que ven 15 minutos cada dos semanas y le responden con monosílabos", dice Mason papá cuando pasa a recoger a sus hijos en su Cadillac negro cuando mamá decide mudarse a Houston para terminar sus estudios en psicología para poder ganar más dinero con un título universitario.
En 'Boyhood' el papá abandona a sus hijos, sí, pero parece hacerlo de manera obligada, por dinero, pues luego de la gran ausencia la relación mejora con el tiempo, un vínculo que parece al final una amistad sincera.
Esta relación es la que marca toda la película y que nos lleva a preguntarnos: ¿qué debe hacer un padre cuando no puede estar cerca de sus hijos? ¿qué debemos hacer los hijos cuando lo emocional quita el rumbo? Al final, los mejores padres son los que también son tus amigos.
Esta película es algo así como una búsqueda el tiempo perdido de un hijo con su padre y la vida. Esta es la gran obra maestra del Director quien declara al diario El País de España que “Todavía no he aceptado que se acabó. Ha sido una experiencia mágica, la vida y el arte aunados en el proyecto de mi vida”, afirma Richard Linklater, en un esfuerzo épico -cercano a Joyce- y donde el monólogo interior visual, a través de silencios largos, nos permite entrar de lleno en un mundo de un niño que vive con el pesar de la ausencia del padre desde el primer día del colegio hasta el descubrimiento del primer amor, el sexo y las drogas.
¿Cómo es el mundo y destino de un hombre cuando crece lejos de su padre?
Ausente.
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