Si se lleva a cabo una revisión de las secciones culturales de los periódicos de mayor distribución en nuestro país, se observará lo reducidos que son los espacios para promover e incentivar la lectura de literatura (ni se diga de la poesía en particular). Ello contribuye a perpetuar el prejuicio de que el género lírico resulta inaccesible para las grandes mayorías.

A contracorriente de esta tendencia, en PicoTV, una popular columna del diario El Trome, firmada con el seudónimo de 'El Búho', la poesía peruana tiene un lugar reservado. No se trata de una columna especializada, sino de actualidad. Con un tiraje diario de más de medio millón de ejemplares —y un volumen de lectoría que lo hace el periódico más leído en Latinoamérica— no es un lugar menor para la difusión de un género considerado "de élite".

“Este Búho siente un gran respeto por los poetas. Todos, en el fondo, tenemos el corazón de poeta, como cantara la entrañable ‘Jeanette’, confiesa el autor de PicoTV, El Búho, quien sabe que el principal obstáculo entre la poesía y las grandes mayorías es la distancia. De allí que muestre a los poetas como sujetos comunes y corrientes, con un talento particular, pero también con errores y debilidades. 

A continuación, una muestra de las presentaciones hechas por El Búho sobre algunos poetas peruanos comentados en su columna:

Así, por ejemplo, cuando se refiera a César Vallejo, el poeta mayor de nuestra tradición, comentará el descuido ocurrido en la educación actual que ha llevado a que Vallejo termine siendo un personaje desconocido para los jóvenes: "Hoy, la mayoría de la niñez y la juventud está divorciada de nuestros grandes poetas. Uno pregunta a un chiquillo que está jugando PlayStation: ¿Conoces a César Vallejo? ‘Sí, tío. Es una universidad’, ‘es un equipo de fútbol’, ‘es un viejo que quiere ser presidente’. Increíble".

Esta crítica será una constante en sus columnas. Cuando confronte la figura de alguien como Javier Heraud, recordado por morir como guerrillero en la selva de Madre de Dios, también lo resaltará: "un joven que pudo llegar a ser como Antonio Cisneros o el mismo Hinostroza, pero sacrificó su vida. Justamente, hoy, en un país donde el individualismo juvenil es estratosférico y el ideal es tener el mejor auto y el mejor ‘cuero’ de la discoteca… porque soy bacán".

Desde la perspectiva del columnista, la literatura puede ser una herramienta útil para producir un cambio positivo en la actitud de los individuos. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario que se diluya el distanciamiento que ha surgido entre el lector común y la literatura. 

Entonces, El Búho procura acercar a estos autores, trata de hacerlos más tangibles para su audiencia. De allí que opte por contar algunos datos de la biografía, mostrándolos como otros sujetos más.

Cuando hable de Blanca Varela, señalará: "Siendo una quinceañera, participaba en las jaranas que armaba en casa su mamá, la escritora costumbrista Esmeralda Gonzales Castro, más conocida como Serafina Quinteras, donde recalaban los más inquietos intelectuales y músicos de la ‘Ciudad jardín’. Blanca no solo era jaranera, sino que también cantaba y tocaba guitarra".

el poeta martín adán

Pero también lo hará cuando le toque referirse a Martín Adán, de quién anotará lo siguiente: "Aislado de su familia, ‘sumido en sí, huidizo y sardónico, parroquiano de tabernas y hoteles sin nombre’ como lo definiera Salazar Bondy, optó por aislarse e ingresó, contra lo que se cree, de manera voluntaria al hospital ‘Víctor Larco Herrera’. Allí, rodeado de seres humanos perdidos en los extramuros de la razón, escribe sus poemas existenciales".

En estas columnas, El Búho habla desde su experiencia como aficionado al género, siempre buscando que su lector se identifique con él, es decir, con alguien surgido en un barrio mesocrático y formado en una gran unidad escolar: alguien que no tuvo privilegios materiales, pero que, pese a ello, pudo acercarse a la literatura.

Una muestra de ello es su experiencia como lector de Abraham Valdelomar: "Este Búho debe agradecer a su profesor de literatura del Hipólito Unanue , ‘Miguelito’, haber leído en segundo de media cuentos de escritores peruanos que nunca se borrarán de mi memoria. ‘Paco Yunque’ de César Vallejo o ‘El trompo’ de José Diez Canseco. Pero hubo un escritor que me deslumbró: Abraham Valdelomar". 

O incluso, se mostrará como alguien en contacto directo con los propios autores. Ejemplo más obvio de ello es su relación con Antonio Cisneros: "Conocí al recordado vate por mis lecturas infantiles en el suplemento dominical del diario ‘La Crónica’, que compraba mi tío Kike, a mediados de los años 70”

A quién accederá con mayor frecuencia en la universidad: "Tuve la suerte de conocerlo personalmente a inicios de 1980 por mi entrañable amiga Tatiana Berger, quien ingresó a Antropología, pero escribía secretamente poesía y se matriculó como alumna libre en las clases de ‘Toño’. Ella me lo presentó. Paradojas de la vida, en sus clases de la especialidad de Literatura solo se inscribieron uno o dos alumnos, y la mayoría eran jóvenes poetas que llegaban de la Católica para llevar cursos con el maestro".

el poeta antonio cisneros
(foto: larepublica.pe)

Pero también en la vida diaria: "Quién iba a pensar que, años más tarde, sería su vecino en Miraflores y nos encontraríamos en las mañanas en el quiosco de diarios ‘Internacional’ del ‘Apache’ Augusto, justo frente a su casa. Le gustaba que lo llamaran ¡poeta! En las madrugadas, a veces nos topábamos en el ‘Glotons’ de Comandante Espinar. Pero en el día, lo veíamos salir en terno, rumbo al Centro de Lima, donde dirigía el Centro Cultural Inca Garcilaso de nuestra Cancillería".

Si bien, la ubicación de la columna al lado de las muchachas de 'Las Malcriadas', otras de las secciones más conocidas de El Trome, a ojos de algunas personas resulta ofensivo, no podemos dejar de reconocer que con esas breves notas, muchas veces sencillas, construidas sobre elementos que no parten de una visión académica, se está llenando el vacío que los demás diarios del Perú han permitido que crezca, no solo entre sus páginas, sino también en la mente de sus lectores.

Algo que tiene que ser solucionando considerando la valía de la tradición poética peruana. No en vano, el propio columnista indicará: "El Perú es tierra de poetas. Martín Adán, José Santos Chocano, Blanca Varela o Antonio Cisneros, en una constelación de vates representativos, viven en el Olimpo de las letras. La poesía será toda la vida. Por los siglos de los siglos".

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