Desde su inauguración en 2005, el memorial 'El ojo que llora', ha sufrido más de un atentado. Sus detractores -sectores conservadores, integrados por el fujimorismo y por simpatizantes de las fuerzas armadas-  lo consideran un "monumento al terrorismo", pues en los cerca de 40 mil cantos rodados instalados en torno a una piedra de granito negro se inscriben los nombres de las víctimas del conflicto armado. De todas las víctimas, tanto las que cayeron a manos de las organizaciones terroristas como bajo la represión de Estado.

En 2007 el monumento sufrió varios ataques. Una vez le lanzaron pintura naranja, degradando la piedra principal. Otra vez, un grupo de personas provistas de combas y otras herramientas, hicieron destrozos. Ahora más de una veintena de piedras ha sido removida, dañando la integridad de la pieza. En las imágenes a continuación, capturadas por el equipo de APRODEH, puede verse cómo ha sido afectado el conjunto.

Según denunció Gabriella Fioramonti, representante de APRODEH, el hecho pudo ocurrir entre el viernes 19 y el domingo 21 de setiembre, y ha sido recién el lunes 22 que se detectaron los daños realizados al monumento.

Además de haber sido arrancadas estas piedras de su lugar, se encontraron dispersos los restos de tres quemadores que formaban parte de la obra y se verificó que las rejas instaladas en torno a 'El ojo que llora' habían sido violentadas.

En comunicación con LaMula.pe, Fioramonti señaló que el miércoles 24 se enviará una carta a la Municipalidad de Jesús María para exigir vigilancia alrededor del monumento.

Consultado sobre este desafortunado hecho, el antropólogo Javier Torres, presidente de la Asociacion Caminos de la Memoria, señaló que este nuevo ataque al Memorial 'El ojo que llora' "es una muestra de la intolerancia frente a las demandas de verdad y justicia por las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron en nuestro país, y una falta de respeto a las víctimas de las mismas. Por ello quiero expresar mi absoluto rechazo e insistir en la necesidad de que las autoridades cumplan con brindar la seguridad que requiere el Memorial".

Como se recuerda, luego de los incidentes de 2007, la Municipalidad de Jesús María optó por restringir el ingreso del público al área de la obra. Siendo esta, prácticamente, su única medida para 'impedir' nuevos ataques.

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