Aquí conoceremos la fantástica historia de cómo el himno nacional de los Estados Unidos en su versión oficial en castellano (que existe, pero pocos conocen) estuvo a cargo de una traductora, compositora y publicista peruana, cuyo trabajo, a decir de entendidos en música e idiomas, fue “sumamente fiel al original”.   

Clotilde Arias nació en Iquitos y migró hacia Nueva York durante la década de los años 20. Décadas después llegó a ser una destacada figura en el mundo de la publicidad y su legado, por cierto, trasciende la traducción del himno de los Estados Unidos.

Pero antes, un poco de contexto.

LA BUENA VECINDAD DE FRANKLIN D. ROOSEVELT

Durante la primera mitad del siglo XX, el gobierno de Washington siempre estuvo atento a tejer alianzas con  ‘las américas’, que es la forma coloquial como en Estados Unidos citan a toda nación debajo del río Grande hasta La Patagonia, vale decir, Latinoamérica (y también, obviamente, a Canadá).

Hacia la década de los años 30 y los 40 sobre todo, Estados Unidos buscó aliados en países de habla española, sea del norte, centro y sur del continente americano. No bastaron las legaciones diplomáticas, las misiones comerciales, los asesores militares… no, la maquinaria estadounidense apeló a recursos que iban más allá de la política y de la economía. Hollywood, los superhéroes de historietas, el jazz, el swing y Walt Disney hicieron lo suyo. Pero esto, tampoco bastó: el catolicismo del país del norte, concentrado en descendientes de inmigrantes irlandeses en el Este de los Estados Unidos inició también su ‘invasión’ soterrada a las ‘américas’. Así, colegios católicos exclusivos para chicos y chicas iniciaron su ingreso en nuestras fronteras. 

No obstante a esta maquinaria, faltaba algo. Sí, que los Estados Unidos se adhieran más en el colectivo mental de los pueblos latinoamericanos. El ‘aquí se habla castellano era una frontera emocional, un escollo para la propaganda del país del norte. Fue ahí donde la música culta (y oficial por cierto) entra en esta historia. Así, el The Star Spangled Banner o el ‘El Pendón Estrellado’, compuesta por Francis Scott Key en 1812 y hoy la canción nacional estadounidense, hizo su arribo a tierras allende el río Grande. Pero, ¿cómo iba a hacer el Departamento de Estado en Washington para sortear el bendito ‘aquí se habla espanol’?

Iniciada en 1933, la Good Neighbor Policy del presidente Roosevelt entonces decidió, a través del mentando estamento estatal, convocar en 1945 a un proceso concursal para encontrar la mejor y más fiel versión al castellano del The Star Spangled Banner. Aquí aparece Clotilde Arias (Iquitos 1901 – Manhattan 1959) en escena.

Hay que tomar en cuenta, además, que las poblaciones hispanohablantes han estado presentes en los Estados Unidos desde los comienzos de su historia republicana, y aún antes (la primera ciudad establecida en el territorio de lo que hoy es el gigante del norte la fundaron españoles: San Agustín, en La Florida). Y que su número creció enormemente tras la incorporación de partes de lo que había sido la Nueva España y luego la república de México, como Texas, California, Nuevo México, Arizona y demás. A esto hay que sumar la presencia de trabajadores migrantes de origen principalmente mexicano y centroamericano, ya notoria desde principios del siglo XX. Y, por último, la adquisición del último remanente colonial español en el continente americano, Puerto Rico, hoy un Estado Libre Asociado de la unión nortemericana. Con todo ello, contar con una versión en castellano del "Star Spangled Banner" aparece más como una necesidad que como un curioso capricho. 

LA ÚNICA, OFICIAL Y PERMITIDA VERSIÓN ESPAÑOLA

Nacida con el siglo XX en Iquitos, Arias, perteneciente a una familia acomodada vinculada al rentable negocio de la extracción de caucho, decide viajar en 1923 a la ciudad de Nueva York con la intención de hacer estudios en música.

La Gran Depresión la encontró en esas guisas y tuvo que solventar sus estudios ejerciendo diversos oficios. El más recurrente era el de traductora, sobre todo publicitaria. Sin embargo, también hacía pequeñas composiciones de música tanto en su tramo culto como popular. Con esos oficios, Clotilde Arias fue abriéndose camino en la emergente y pujante industria de la publicidad en los Estados Unidos. Madre soltera, se hizo cargo no sólo de su único hijo, sino de un mundo reservado para hombres en el ámbito laboral desde donde ella se movía.

IMPRESCINDIBLE en la orquestación: clotilde arias y el director sinfónico argentino  terig tucci en captura de 1942.  foto: the smithsonian.

En esas andaba la peruana compositora y publicista, cuando en el mencionado 1945 y con el triunfo aliado ya en la bolsa de éxitos de la nación del norte, le llegó la convocatoria para traducir el himno patrio: emblemático y sagrado para el 99.9% de los estadounidenses.

La Good Neighbor Policy (1933) del presidente Roosevelt entonces decidió, a través del mentando estamento estatal, convocar a un proceso concursal para encontrar la mejor y más fiel versión al castellano del The Star Spangled Banner. Aquí aparece Clotilde Arias (Iquitos 1901 – Manhattan 1959) en escena.

En declaraciones para BBC Mundo, el coronel en situación de retiro de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos Roger Anduaga Arias, el único hijo que tuvo la emblemática compositora, recuerda así a su madre, en el momento en que ella trabajaba en la traducción: “Me acuerdo de ella sentada en su piano mientras cantaba la letra, aunque nunca fuera buena cantando”. Y añade el oficial: “Se sentaba a comer y me decía 'espera un momento, hijo, que tengo una idea'. Se levantaba, caminaba hacia la mesa y escribía unas palabras. Supongo que todo el tiempo estaba pensando (en eso)…para mí era una vida normal”, concluye Anduaga.

De esta forma, Arias terminó la adaptación después de muchas pruebas de ensayo-error, como lo demuestran los manuscritos y mecanografiados hechos por ella. En el fino hilado que realizó la peruana, respetando los modismos anglófonos y castizos, adaptándolos quirúrgicamente a la música y a la entonación se devela un exquisito trabajo de traducción, cuyo valor agregado le mereció obtener el galardón en el concurso convocado por el Departamento de Estado y con celeridad éste decretó que –la versión hispánica del loor estadounidense- se convierta “…en la única y oficial traducción al castellano” del himno. Con esto, no se puede hacer ninguna performance del canto patrio estadounidense en nuestro idioma sin el santo y seña de Washington y cómo no, de Clotilde Arias, aunque ya no esté con nosotros.

En el vídeo, un fragmento del himno con una captura de las anotaciones originales mecanografiadas y escritas de puño y letra por Arias:

Así las cosas y para darnos cuenta de la relevancia de este trabajo, el Museo de Historia Americana (regentado por la Institución Smithsonian), en Washington, puntualizó que la traducción de Arias es perfecta, señalando que “su versión (la de Arias) sigue siendo, hoy en día, la única traducción oficial autorizada del himno nacional que puede cantarse” y añade: “es sumamente fiel a la original, lo que es un logro difícil".

MÁS ALLÁ DEL HIMNO: LA PUBLICIDAD

En una muestra realizada en el museo mencionado entre el 2012 y 2013, y a propósito de cumplirse 200 años de la creación del himno de los Estados Unidos, se dedicó todo un capítulo a la vida y obra de Clotilde Arias.

En la exposición “Not lose in translation: the life of Clotilde Arias”, el museo Smithsonian realizó todo un recorrido en el perfil de Arias, adentrándose no sólo en lo que ella fue como mujer, madre e inmigrante hispana, sino en la época que le tocó vivir y el contexto que enfrentó en un campo laboral con una alta dosis de heteronormatividad masculina.

“Clotilde Arias vivió durante la Depresión, la Segunda Guerra Mundial y el auge de la industria de la publicidad, no sólo como testigo, sino como actor y agente de cambio. Su vida es un rico tapiz, una historia que ilustra importantes y conmovedores momentos históricos de la primera mitad del siglo XX”, reza la reseña que por entonces realizó el museo de la compositora peruana.

La Gran Depresión la encontró en esas guisas y tuvo que solventar sus estudios ejerciendo diversos oficios. El más recurrente era el de traductora, sobre todo publicitaria.

De esta forma, la pauta del museo también nos enlaza con el registro histórico en el que vivió Arias, no sólo durante la Gran Depresión, sino en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría que buscó las herramientas para generar alianzas en América o ultramar, una de ellas, justamente la traducción de Arias del canto patrio del país del norte.

“Para Clotilde Arias, conseguir trabajo nunca fue difícil, incluso en los años de la Depresión; pero, en especial, durante la Segunda Guerra Mundial cuando las empresas estadounidenses trataban de ampliar sus mercados en América Latina y las agencias de publicidad que se habían unido al esfuerzo de guerra participaban en campañas para forjar una imagen favorable de Estados Unidos”, nos explica la presentación del museo.

fino tramado: manuscrito original de arias trabajando sobre el himno estadounidense. foto: smithsonian.org

“Hacia finales de 1940, Arias llegó a Madison Avenue y entró a formar parte del negocio de la publicidad que había venido creciendo y desarrollándose desde su llegada a Nueva York. Utilizó sus aptitudes no sólo en la traducción de comerciales del inglés al castellano, sino también en la redacción creativa de textos publicitarios y en la composición de música para comerciales en castellano, encargados por IBM y agencias de publicidad, como J. Walter Thompson y Robert Otto. Su trabajo sirvió para promover diversas empresas y productos, entre ellos, Ford Motor Company, Spam, Pan Am, Pond’s, y Coca-Cola. Más adelante, fue designada como jefa de publicidad en castellano de la agencia Robert Otto. Clotilde Arias fue una reconocida gerente de publicidad, una de las pocas mujeres que llegaron a desempeñar tan altos cargos en esa época”, cuenta el Smithsonian.

LEGADO MUSICAL

El tamiz de Arias respecto a la música fue muy rico, abarcando tanto la obra culta como el tramo popular. Ella se movía tanto desde una sinfónica, filarmónica, como en bandas de jazz y tonadas publicitarias.

Con más de un centenar de obras, entre clásicas-selectas y populares, quizás el producto emblemático de Arias –al margen del The Star Spangled Banner en castellano- es "Huiracocha", un tema específico diseñado como aria operística tanto para el registro de una soprano como para un tenor.

Aquí, la performance de Huiracocha:

Hoy en día, sólo se necesita tomar mano del traductor de Google o el corrector del Office Word para realizar una traducción medianamente seria. Con papel, dos diccionarios y una máquina de escribir, lo que hizo Clotilde Arias, fue una hazaña conocida y reconocida en los Estados Unidos, pero poco examinada en su país de origen: el Perú.

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El redactor recomienda:

Not Lost in Translation: The Life of Clotilde Arias (Smithsonian Museum) [Reseña de la muestra 2012 - 2013]

Escuche el himno de Estados Unidos en español