En un intercambio con muy poca novedad, el profesor Gonzalo Portocarrero y el columnista de opinión Aldo Mariátegui discutieron el origen y destino de "lo caviar" a través de sus respectivas columnas en el diario El Comercio. Veamos.
¿Qué es un caviar?
Portocarrero explica que "caviar" es
un término para "referirse, crítica y peyorativamente, a los miembros de una izquierda que no está realmente comprometida con lo que predican. Es decir, un grupo humano que pretende identificarse con valores democráticos y progresistas, pero atrapado por la frivolidad de una vida glamorosa y refinada".
Mariátegui, desde la esquina conservadora, afirma que
"(...) los caviares originales en el Perú fueron un grupito de 'niños bien' blancos, de la generación del 68 y que se metieron a jugar a la revolución, imbuidos por la moda rebelde externa y ‘shockeados’ por la pobreza, con la que recién se encontraron al salir de sus elitistas colegios religiosos de entonces".
Para quienes lo usan como acusación, el término 'caviar' relativiza los principios de los izquierdistas y supone que los hijos de las familias con dinero no pueden discutir el orden social y ser honestos. El extremo de la paradoja la presenta en términos de caricatura Mariátegui: es incompatible ser un "niño bien" y defender alguna causa ya no de izquierda, como la justicia social, sino cualquier reivindicación típicamente liberal (legalizar la marihuana, despenalizar el aborto, permitir el matrimonio gay, etc).
Así, para la derecha, el 'caviar' es ese sujeto que defiende los derechos humanos, que se 'acomoda' en las ONG donde hace dinero y se siente revolucionario "a pesar" de su condición de "blanquito" de la Universidad Católica. Aldo Mariátegui agrega un matiz: los caviares son una "izquierda blanca" y que "despreció a Patria Roja por cholos", además de sumar algunos datos de consumo de clase ("gusta del buen vino" o "ropa ficha").
Para la derecha un 'caviar' es un confundido, un idealista perdido. Es una forma de caricaturizar a los que defienden la democracia, el Estado de Derecho y tienen en su repertorio intelectual a Sartre o Lacan (?).
Para Portocarrero, en cambio, el uso del término "(caviar) revela un tono autoritario, que pretende silenciar toda oposición al conservadurismo neoliberal. Se acusa de hipocresía a quien pretende hablar a favor de las víctimas sin ser una de ellas, al defensor de causas que no son propias, pues se presume que es solo un manipulador de la compasión y la culpa, alguien que se esconde para perseguir sus intereses".
Lo que intenta decir Portocarrero es que la derecha pretende exigir "consecuencia" en los sujetos que nacen en un entorno sin privaciones. Lo que se entiende por "consecuencia" aquí es no renunciar a la clase y a sus valores, y que hacerlo es siempre presumiblemente un engaño.
En realidad, en el Perú político hoy, se ha vuelto irrelevante el origen de clase en la definición caviar. Quizá para el humor, o para las infaltables rencillas al interior de la izquierda, ello tenga algún significado. La definición operativa de caviar, en la batalla entre izquierda y derecha, tiene como hito principal la caída del gobierno de Alberto Fujimori. Los que clamaban justicia por los delitos de lesa humanidad -jueces, periodistas, intelectuales, empresarios- son los caviares por excelencia. Es una forma sofisticada y más amplia social e ideológicamente del viejo mote de "terruco".
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