En la imagen sobre estas líneas se puede ver que el espacio entre el retrato infantil y el retrato adulto -marcado por arrugas y poseedor de una expresión menos candorosa- es mínimo. Sin embargo, la distancia temporal entre uno y otro es de varias décadas. 

La confrontación entre el pasado y el presente es evidenciada en este simple hecho. Y es ese punto precisamente el eje alrededor del que gira 'TracKs', una serie visual realizada por Silvayn Granjon.

Los voluntarios que participan en el proyecto de Granjon, colocan encima de sus rostros la mitad de sus retratos de cuando eran niños, tratando de que coincidan ojos y labios, de modo que el espectador reconozca de inmediato al voluntario como la versión adulta del niño del retrato partido.

Pasear la mirada entre uno y otro rostro —distintos, aunque se traten del mismo— nace del impulso por intentar descubrir qué elementos se han conservado y cuáles se han extraviado con el paso del tiempo, es así que los ojos actúan como hilos que —en base a vanas suposiciones y sospechas— tratan de tejer la historia del protagonista de turno.

A continuación, una muestra de la serie:

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