El 14 de septiembre pasado se cumplieron 14 años de la aparición del primer Vladivideo, hecho que destapó la gran maraña de corrupción que se instaló en una débil democracia y terminó casi hiriéndola de muerte. 

¿Cómo se ha movido el fujimorismo en estos años con Alberto Fujimori encarcelado por crímenes de lesa humanidad? Está claro que el 2016 es el objetivo principal de Keiko Fujimori, actual lideresa anaranjada, pero: ¿cómo se está moviendo en las regiones, en las actuales elecciones, para mantener ese gran bolsón de votos asegurados en la década pasada? ¿Cuál es el objetivo y método del fujimorismo rumbo a la presidencia? La presencia de Keiko Fujimori en la Conferencia Anual de la Corporación Andina de Fomento (CAF)  en Washington nos da algunas pistas. 

¿Qué trama alberto fujimori para el 2016? foto: andina.

Tema fundamental: los partidos políticos en el Perú no funcionan más allá del acuerdo entre empresarios que busquen un lugar en la política. Así pues: ¿por qué entonces el fujimorismo sí reúne las condiciones "para una consolidación partidaria" según Steven Levitski? Explica el politólogo:

"Como presidente, Fujimori nunca invirtió seriamente en un partido. Pero el fujimorismo pasó por dos conflictos importantes. El primero fue la lucha contra SL, que marcó fuertemente a muchos fujimoristas. Dos décadas después de la caída de Guzmán, una defensa incondicional de la guerra contrasubversiva de los 90, una línea dura contra la subversión, y una profunda desconfianza hacia los organismos de DDHH constituyen el cemento ideológico que une a todos los fujimoristas".

Así, si seguimos la idea del norteamericano, un partido exige un correligionarios "identificados fuertemente con el partido" y concluye con un ejemplo interesante: "(se necesita) algo parecido a una hinchada aliancista o crema" en un artículo publicado en el diario La República. 

al chino lo quieren (y odian) en todo el perú. foto: andina.

¿Entonces, qué están haciendo los fujimoristas para extender sus ramas? 


El antropólogo Javier Torres sostiene que en las regiones el fujimorismo tiene un arraigo interesante no solo por la relación clientelista marcada por el apoyo que el ex presidente llevó a las zonas más alejadas del país en 1990, sino también por lo que argumenta Levitsky líneas arriba en cuanto a la necesidad de un conflicto para que el partido cale con mayor fuerza en el imaginario político de la opinión pública. 
Torres afirma que lo que busca el fujimorismo es encontrar a los candidatos idóneos en las regiones, vinculados a empresa pero que "también busquen cierta autonomía de Lima". El reciente caso del congresista Joaquín Ramirez, vinculado a acciones de lavado de activos, confirma lo que dice el analista pues el fujimorismo de hoy "compite con otras fuerzas -como la de Gregorio Santos en Cajamarca, por ejemplo- y debe adaptarse a los tiempos de las empresas políticas", sistema dañino para la democracia pues así gobiernan personajes sin idea de nada y ansiosos de poder y plata. 

Otro ejemplo, según Torres, es el de Ayacucho. Wilfredo Oscorima, presidente regional que busca la relección este cinco de octubre, podría ser sacado de la carrera electoral por ocultar en su hoja de vida sentencias penales y civiles. Entonces, ¿le está funcionando a Keiko Fujimori el plan en las regiones con las diversas denuncias a sus candidatos en Cajamarca y Ayacucho? 

las caras centrales del fujimorismo. foto: andina

Así, si pensamos en base a las ideas de Levitsky y Torres, tenemos a un partido que busca consolidarse como tal con muchos activos históricos, "un mal necesario", como lo tilda Alberto Vergara para explicar su arraigo). 

Las denuncias encima en algunas caras del centro de poder fujimorista, congresistas y presidentes regionales, nos hace concluir, más o menos, que Keiko Fujimori intenta expandir y no borrar con el olvido lo que hizo su padre como presidente, pero tampoco está muy interesada en formar un "partido" democrático en el sentido más tradicional del término. Ella busca acercarse a personajes que funcionen dentro de la lógica partido-empresa. 


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Foto cabecera: Andina