Según The Wired, habría 3 posibles orígenes de la muy popular creencia de que los seres humanos sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral. 

El primero es el prefacio a un libro clásico del género autoayuda Cómo ganar amigos e influenciar a personas, de Dale Carnegie. En el proemio de 1935, Lowell Thomas refiere de modo impreciso a una afirmación del psicólogo William James, de tal manera que se habla del desarrollo de un 10% de la "energía mental latente" de una persona promedio.

El segundo posible origen es una alusión al cerebro del físico Albert Einstein, de quien se dijo que él pudo expandir la actividad cerebral por encima del 10%. La otra hipótesis tiene que ver con el 'descubrimiento' del "córtex silencioso" por el neurocirujano Wilder Penfield; pese a que esas áreas cerebrales aparentemente no reaccionaban al estímulo eléctrico, ahora se sabe que son funcionales. 

En la entrada en wikipedia "Mito del 10 % del cerebro", pueden encontrarse más hipótesis sobre el origen de esta creencia, así como la refutación.

El mito llevado al cine

¿Has visto la película Limitless (2011)? Se trata de un escritor que en un momento de crisis creativa, y una consiguiente cadena de sucesos negativos, desde el fracaso afectivo hasta el financiero, decide consumir una droga experimental llamada NZT-48 que, sin saberlo, le da 'acceso al 100% de su cerebro'. El efecto: la mejora exponencial de todos los aspectos de su vida afectiva, económica, creativa. No obstante, los efectos colaterales del consumo irán contra el propio organismo del escritor, interpretado por Bradley Cooper.

Lucy (2014) no es la primera película vinculada con la experiencia post consumo de nootrópicos -drogas que potencian las capacidades cognitivas-. En esta película, el consumo es accidental, y le otorga a Lucy una habilidad que le permite modificar el medio en el que se desenvuelve. El inconmesurable poder que le otorga la droga, sin embargo, está regido por la misma premisa que en Limitless: hay peligro al llegar al 100%. 

Todo el cerebro funciona integrado

El neurosicólogo y médico ruso Aleksandr Lúriya (1902-1977) propuso que el cerebro tiene tres unidades funcionales, con distintas estructuras cerebrales que trabajan en conjunto para regular toda la actividad conciente del ser humano. En concordancia con ello, el psicólogo Barry Beyerstein argumenta que si algún sector cerebral se ve dañado este afectaría otras funciones cerebrales, y esto lo demuestran diversos estudios sobre daños cerebrales actualmente disponibles. Asimismo, Beyerstein explica que "de no usarse el 90%" del cerebro, ocurriría una degeneración cerebral masiva, visible en autopsias.

El neurólogo portugués Antonio Damasio estudió un caso emblemático, que marcó un precedente en las neurociencias: el caso de Phineas Gage. Este hombre tuvo un accidente mientras trabajaba en un socavón. Luego de que empujara la polvora en un forado en una pared con una barra de fierro, se olvidó de echar la arena que debía cubrir primero la pólvora. La explosión fue rápida. La barra salió disparada, le atravesó el lóbulo frontal del cerebro y salió por el hueso frontal del cráneo.

Los lóbulos frontales destrozados afectan la capacidad para regular la emoción y la toma de decisiones, según la propuesta de Damasio. Así, Phineas, siguió viviendo luego del accidente de una manera más o menos normal, pero su salud mental se fue deteriorando. Se volvió un sujeto inestable, irascible, incapaz de mantener un trabajo estable, y murió a los 38 años luego de sufrir en sus últimos años constantes crisis epilépticas. 

¿Quieres usar más del 10% de tu cerebro, o, mejor dicho, más del 10% de tu capacidad o actividad mental? Ya lo estás haciendo. Que le des una mayor actividad a ciertas funciones cerebrales, según a lo que te dediques, o según cual fuese tu predisposición para aprender en distintos campos de acción humana, eso es otra historia, vinculada al establecer conexiones neuronales más fuertes.