El proyecto Museo Itinerante Arte por la Memoria surgió en el 2009 a raíz de una actividad relativa al autogolpe de Alberto Fujimori. Un amplio grupo de artistas realizó un instalación llamada Túnel de la memoria con obras relativas a este proceso. En principio iba a realizarse en la plaza San Martín. Pero el permiso fue cancelado y los trasladaron al Parque de la muralla. Esto fue un cinco de abril, durante el juicio a Fujimori. A diferencia de años anteriores, el evento se convirtió en algo reducido, minimizado por la gestión a cargo de la municipalidad en ese momento. Sin embargo, el público empezó a circular por el túnel y se interesó por la propuesta. Para los miembros del proyecto, este fue el momento en que se concibió la idea del museo itinerante como una forma de llevar al gran público este tema.
"Todo se ha ido aprendiendo sobre la práctica, no empezamos con una lista de obras. No teníamos un concepto curatorial tan consciente. Hemos echado mano de los artistas visuales que forman parte del grupo y de nuestros amigos o colaboradores cercanos. En los primeros viajes (a Huamanga, Huancavelica, Puno y Cusco) hemos encontrado artistas locales con los que hemos podido intercambiar piezas", comenta Karen Bernedo, miembro del colectivo que gestiona el proyecto. "La colección del museo sí ha tenido muestras temáticas, pero no es algo planificado. Se construye a partir de las ausencias que encontramos dentro de la sociedad y cómo estos temas están reflejados en el arte", agrega por su parte Orestes Bermúdez, otro miembro del colectivo.
Lo que hace interesante a este proyecto es su flexibilidad y la versatilidad con la que han trabajado durante los últimos cinco años. El proyecto del museo itinerante es capaz de dialogar con el contexto donde se instala, ya sea un colegio o una plaza pública. "Si nos invitan a algo relativo al Día de la mujer, por ejemplo, armamos una muestra acorde con ese tema. El museo se transforma. En el último Día de la mujer, en vez de montar una muestra, hicimos una performance. Siempre estamos buscando formas de entrar mejor al espacio al que estamos aproximándonos ". dice Karen Bernedo.
La idea de que el museo se moviera por todo el país fue uno de los elementos centrales en la concepción del proyecto. "Entendimos que la mayoría del público trataba de recordar, a través de esas piezas, su propia historia. Entonces el espacio público era el lugar donde debían suceder las muestras del museo. Esto busca generar el detonante de la memoria en la gente", afirma Orestes Bermúdez.
El colectivo como proyecto autogestionario está formado tanto por artistas plásticos, comunicadores, historiadores, sociólogos, antropólogos e incluso una abogada y se sostiene también por la gran red de instituciones y colaboradores que ha logrado establecer desde su gestación. Los familiares de víctimas del conflicto son también parte de esta red y cumplen en muchos casos el papel de consultores para las exhibiciones que genera el colectivo.
Más allá de informar al público y crear una sensibilidad capaz de permanentemente actualizar el tema, el proyecto tiene dentro de su propia dinámica la capacidad para reformular los símbolos mismos del conflicto. "Encontramos que el proyecto tiene varios potenciales. En el viaje a Huancavelica, que fue el segundo, llevamos no solamente piezas de arte sino producción simbólica en general. En esa ocasión llevamos un altar que había hecho APRODEH con los familiares de las víctimas, la gente tenía con el una relación diferente a la de una que podría tener con un pieza de arte. La gente se persignaba, prendía velas. Dentro de eso hubo señoras que vinieron con fotos de sus familiares para incluirlas en el altar. Esa es una forma de reparación simbólica", cuenta Karen Bernedo.
El premio de la Fundación Príncipe Claus, parte del fomento del Estado holandés, es uno al que no se postula: la institución propone a sus candidatos internamente. La fundación, que entrega el premio a 11 individuos o proyectos anualmente, busca fomentar y financiar iniciativas en relación a la cultura y el desarrollo que destaquen y generen un impacto positivo dentro de sus comunidades. Dentro de los peruanos que han recibido el premio se encuentran Gastón Acurio, Iván Thays, el proyecto INCA y el colectivo de danza moderna Intégro. Con este galardón el proyecto del museo adquiere financiamiento que le permitirá, además de adquirir infraestructura y obras para su colección, afianzar su trabajo como vehículo de la memoria colectiva en nuestro país respecto de la violencia política.
Puedes visitar aquí, Lugar de Memorias, el proyecto más reciente del colectivo que gestiona El Museo Itinerante de Arte por la Memoria.
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