Castañeda cometió un error político grueso y demasiado visible
Candidato debe entender que el JNE debe encontrar un camino estrictamente jurídico para que las formalidades que exige a otros, no se las exijan a él.
Luis Castañeda quiso revivir ayer un movimiento masivo, para protestar contra un supuesto fraude contra su candidatura electoral a la alcaldía de Lima. ¿Resultado? Personas traídas con engaños y a las que les ofrecieron un plato de arroz con pollo fueron el corazón de la protesta. De esto y más escribe Rosa María Palacios en su columna de hoy en Diario Exitosa.
Hay que tener cuidado cuando se convoca a un acto de masas para impedir un fraude. Lo primero es contar con el compromiso sincero, apasionado y multitudinario de jóvenes, trabajadores, sindicatos, es decir el pueblo organizado o desorganizado, pero masa en pie de protesta. Lo segundo, es contar con las pruebas del fraude.
Lima ha tenido momentos históricos dramáticos a lo largo de casi 200 años de historia republicana. No es el caso recordarlos uno a uno. Pero, en mi corta memoria, la lucha por la democracia durante la dictadura militar, el retorno a la misma en 1980, las protestas contra la estatización de Alan García o la Marcha de los Cuatros Suyos contra el fraude –ese sí– de Fujimori volcaron a miles, tal vez millones de limeños a las calles. Hartos, furiosos, apasionados e ilusionados por un cambio, por construir otro país. Así fuimos.
Castañeda quiso revivir ese sentimiento en una ciudad hoy apática, donde los sueños no son colectivos sino individuales, donde el cinismo prima y donde toda la fe y la confianza – no digamos solo en la política, hasta en el prójimo- se ha perdido. ¿Resultado? Personas traídas con engaños y a las que les ofrecieron un plato de arroz con pollo fueron el corazón de la protesta. Poca gente, poca pasión. Castañeda cometió un error político grueso y demasiado visible.
Las pruebas del fraude tampoco existen. Todos los candidatos han pedido que Castañeda permanezca en campaña. A pesar de los insultos de Keiko Fujimori (“mano negra”) y Alan García (“tacha conyugal”) no hay prueba de que la investigación de oficio del JEE haya sido ordenada por Palacio, en donde además cuentan con los votos de SN en el Congreso en otra alianza (de facto) conocida.
El presidente del jurado ha hecho bien en decir que no reciben presiones de nadie. Castañeda debe entender que el JNE tiene que encontrar un camino estrictamente jurídico para que las formalidades que exige a otros, no se las exijan a él. Mientras tanto ha quedado en evidenciado que su alta intención de voto en las encuestas no responde a un entusiasta y masivo respaldo, sino a la resignación de un elector que va obligado a votar y no sabe, en realidad, que hacer aún con su voto.