Luego de que la noticia de que Hello Kitty no era una gata corriera por el mundo causando iguales dosis de perplejidad e indignación (?), nos acordamos de todas las personificaciones gatunas y reptileanas que nos entretuvieron y anegaron nuestro imaginario.

Los budistas no harían distinción entre la persona, el animal y las plantas, porque ellos piensan en que todos ellos son seres 'sintientes'. Pero occidentalizados, con categorías que clasifican y lo separan todo, nos parece divertido hablar de animales antropomórficos. De nuestros preferidos, en todo caso. 


1. Los Thundercats no eran felinos. Eran felinos cósmicos

Agilidad y flexibilidad únicas, habilidades felinas (felino-cósmicas en este caso). Vivían en el 'Tercer Planeta' y estaban especializados en artes marciales y en el manejo de armas. Cheetara (guepardo), por ejemplo, era una especialista de la vara, ostentando un uso atípico de ella, la hacía crecer y saltaba cientos de metros impulsándose con la misma. Todos eran muy ágiles, al servicio de la defensa del Ojo de Thundera. Todos los personajes de los Thundercats podían identificarse con animales, pero ¿te has preguntado que animal era Mumm-ra? Al parecer era simplemente un demonio (la encarnación del mal) que absorbía los poderes de cuatro espíritus animales representados de manera antropomórfica en altas esculturas, pero parecía sobre todo una momia-zombie, no podía morir (¿o sí?).


2. Bugs Bunny no era sólo un conejo. 

Este conejo que tenía un exquisito gusto por el teatro y trollear, era bisexual. Sí. Quizá fue uno de los principales promotores, en dibujos animados, de las libertades LGBTi; hacía 'lobby gay', como dicen algunos, antes de que existiera Facebook, y lo hacía frente a un público infantil. Era un personaje bastante andrógino, a ratos femenino, bastante humano, y tenía a su favor, en muchos capítulos, las leyes de la naturaleza que el dibujante y el guión le permitía. El conejo emblemático de la Warner Bros parece que era vegetariano, no recordamos verlo comer carne, solía andar mordisqueando una zanahoria. Y a veces miraba a la pantalla, pues te miraba a ti, y te preguntaba por cosas.


3. Ren y Stimpy, perro y gato, o algo así.

Un chihuaha histérico, Ren, y un gato dulce y lelo, Stimpy, se humanizan al tener que vivir en una cultura llena de perniciosos imperativos morales y hábitos inútiles -dentro de un sistema que les exige trabajar y trabajar- y las psicopatologías que nacen a consecuencia de ello; sin embargo visto de una perspectiva satírica, humorística. Es una parodia de la cultura estadounidense, y quizá pueda ser una parodia de los problemas cotidianos en todas partes del mundo. No son los típicos personajes animados acaramelados. Todo lo contrario, los dos representan respectivamente dos polos: la rabia contenida y siempre a punto a explotar, y la total idiotización en la comodidad. El que más necesitaba ayuda en manejar sus emociones sin duda era Ren.


4. Snoopy, nada de 'perra vida'

Este perro tiene unas habilidades especiales que están relacionadas con su audición y su imaginación. Además es muy creativo y habilidoso en artes manuales, le gusta ir a la biblioteca, le gusta ayudar a quien lo necesite, y si encuentra alguna condición para jugar un rato, lo hará con una alegría visible. Es un animalito que, con toda la estrategia de imagen y marketing de Peanuts con él, es la felicidad por antonomasia. Y así, una serie de construcciones en torno a este perrito que no habla, que ríe mucho hasta arrancarse él mismo lágrimas. Además lo paja de esta serie -porque aquí hemos pensado en la serie de televisión, en vez de la historieta-, aunque es una cuestión de gusto, es que el soundtrack está producido por Vince Guaraldi, un dibujo sometido suavemente a melodías del cool jazz. Puedes escucharlo aquí.


5. BoJack Horseman o #SufroComoCaballo

Hay algo particular en esta serie animada de Netflix. Este caballo, que necesita ingerir cinco veces más de comida, alcohol y drogas por sus 500 kg. de peso, es un ex actor de un sit-com familiar exitoso, del que no puede desligarse: él mismo se regocija con identificarse con el pasado de la desaparecida serie, y además vuelve a ver de vez en cuando capítulos donde él aparece. Sin embargo, vive alcoholizado, entre pastillas, fiestas, deprimido, tratando de escribir unas memorias que lo retan a tener que recordar a su padre violento, a una madre nula en afectividad. Si bien las bromas no son las mejores, la egolatría de este caballo -quien se masturba con su propia foto- vislumbra las fisuras de una personalidad que hace particulares esfuerzos por no resignarse al exceso y a la desidia.

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El lector puede proponer su animal antropomórfico preferido, o como quieran llamarlo, en los comentarios de Facebook o Twitter. Definitivamente, la Warner Bros y la Metro Goldwyn tienen a muchos productos de este tipo en su repertorio. El anime también y en abundancia. Acaso debimos incluir al gato Fritz en esta nota. Y es que toda lista delata una carencia, pero tú puedes proponer los tuyos, y si es con argumentos, mejor.


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