Ya el año pasado nos había sorprendido con su exposición fotográfica 'Oficios a la limeña', que dio lugar a un libro con las fotos que registró recorriendo diversas calles de la capital. En aquella oportunidad, Charo Echecopar nos ofreció una singular mirada del ciudadano de a pie, del peruano que 'se la juega' todos los días por sobrevivir. Y –como nos adelantara– no se quedaría quieta. Tanto así que durante meses volvió a recorrer las calles de Lima y esta vez decidió retratar a los vigilantes, los llamados guachimanes, en 'Vigilantes de la guarda'. 

Los vigilantes cuidan que podamos vivir tranquilos

"Vigilante de la guarda, con tu presencia nuestras calles se perciben confiadas y serenas. Dormimos tranquilos y seguros porque al amanecer despertaremos sin sobresaltos. Eres parte del rostro de nuestra ciudad y de nuestra vida urbana. En jornadas de doce horas cuidas atento la cuadra, los carros, las casas, mientras en esa estrecha caseta, cual bastión, te proteges del viento y de la soledad. Día y noche convivimos contigo, sin embargo poco o nada sabemos de ti, de tus anhelos, de tus motivaciones, de tu existir. Vigilante de la guarda, quién eres, qué sientes, qué nos tienes que contar… si tan solo tu nombre sabemos y el sonido de tu silbato reconocemos", dice Charo en la presentación de su muestra en la sala Juan Pablo Heeren del centro de Lima que va hasta este 31 de agosto.

"Durante los últimos años, he centrado mi fotografía en el entorno urbano, específicamente en su gente. Esta vez me enfoco en gente muy particular, nuestros vigilantes, aquellas personas que cuidan nuestros hogares de los peligros de la ciudad", detalla en otro momento.

El concepto, inspirado en la protección que nos dan “los ángeles de la guarda que nos cuidan de día y de noche”, propone bajo esta metáfora, acercarnos al mundo de aquellos que trabajan como vigilantes particulares en turnos de 12 horas, de día y de noche en nuestra Lima. "Los vigilantes son hombres que cuidan que otros podamos vivir tranquilos, que amanezcamos sin miedo para continuar con serenidad nuestras rutinas diarias; pero que también tienen sueños, aspiraciones y una historia que contar", explica Charo.  


La cita es en el ICPNA de Lima  (Jr. Cuzco 446)

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