Prestar atención a un músico y capturar ese instante —como en estas imágenes lo ha logrado el francés Guy Le Querrec— en el que deja de ser un individuo cualquiera y se convierte en un ente sometido por el ritmo exige dos cosas: una mirada empática y un oído emocional.

La mirada empática, para acercarse al intérprete, descifrar lo que ocultan la intensidad y volumen de sus gestos, y así poder penetrar la distancia, de modo que las vibraciones de su cuerpo se perciban —siquiera fugazmente— como propias. Y el oído emocional, para que las notas y acordes, además de ocupar el interior de la mente, le dicten a uno la orden para saber cuál es ese preciso momento en que la música deviene en éxtasis pleno y gozoso, pero de tal forma que el dedo sea aún capaz de accionar la cámara.

Le Querrec, quien forma parte de la reconocida agencia Magnum, experimentó ambas situaciones y el resultado fue un libro que tituló como Jazz de J a ZZ. Un libro que recoge diversas situaciones, tanto afuera como adentro del escenario, ocurridas en el marco de distintos festivales de Jazz realizados en París, en los últimos años de la década del sesenta.

A continuación, una breve selección de las figuras del Jazz con las que nos encontraremos en este volumen:

art blakey

charles mingus

jimmy garrison

lee konitz

sonny rollin

roland kirk

sonny grey

thelonius monk


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