El pasado 8 de julio Israel comenzó una ofensiva contra Palestina que dejado más de 1.500 víctimas mortales. El conflicto ha despertado la indignación de la comunidad internacional. Según las últimas informaciones, una delegación negociadora, formada por la Autoridad Nacional Palestina, ha elaborado una propuesta de paz, la cual debe ser presentada al gobierno egipcio, mediador del conflicto. Piden el desbloqueo de la Franja de Gaza. 

El Perú no ha sido indiferente al conflicto. El Gobierno, a través del canciller Gonzalo Gutiérrez llamó a consulta al embajador peruano de Israel. La respuesta no se hizo esperar: la embajada israelí en el Perú lamentó, vía un comunicado, que nuestro país "no apoye a Israel en sus esfuerzos de proteger la vida de sus ciudadanos y en su lucha contra el terrorismo". 

Pero eso no fue todo. Modi Ephraim, embajador israelí en el Perú, atacó a Farid Kahhat, internacionalista y profesor principal del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP. Ephraim relacionó a Kahhat con la organización terrorista Hamás. Esto provoco la indignación y el rechazo de estudiantes y egresados de Ciencia Política y Gobierno de la PUCP, quienes en un comunicado defienden la trayectoria, objetividad y calidad de las investigaciones de Kahhat.

En este sentido, es importante considerar un texto publicado por Kahhat, titulado "Judíos a los que admiro", en el que resalta figuras israelíes que defienden los derechos humanos más allá de ideologías políticas o religiosas. A continuación, compartimos el artículo:

Es un mito pensar que, en torno al tema de la ocupación israelí, las posiciones se decantan espontáneamente según el origen étnico. Así como muchos palestinos defienden los derechos de la población civil deslindando con Hamás, muchos judíos israelíes ven el tema como una cuestión de justicia y no de etnicidad, y son severos críticos de su Estado y sus prácticas. Si buscan fuentes independientes, pueden encontrarlas en Israel, pero no en las fábulas oficiales. Pueden remitirse por ejemplo al Comité Israelí contra la Demolición de Viviendas (palestinas, por supuesto), y a su fundador Jeff Halper (ver http://www.icahd.org/). Nadie hizo más para desmontar los mitos de la historia oficial de Israel que historiadores israelíes como Avi Shalim e Ilan Pappé. Nadie hizo más por desmontar los mitos sobre las negociaciones de Camp David entre israelíes y palestinos que la organización israelí Gush Shalom (http://www.gush-shalom.org/). Pocos han relatado la vida bajo la ocupación de manera más descarnada y vívida que los periodistas israelíes Gideon Levy y Amira Haas. La organización israelí Btselem documenta las violaciones al derecho internacional humanitario que comete su propio Estado. La organización de soldados israelíes “Breaking the Silence” ha documentado el empleo de civiles palestinos como escudos humanos, entre otros abusos (ver http://www.breakingthesilence.org.il/). Cientos de soldados israelíes prefieren ir a prisión antes que servir en los territorios palestinos ocupados, y existen ciudadanos israelíes que se niegan a servir por esa razón en las fuerzas armadas de su país (y que también van presos, ver https://www.youtube.com/watch?v=TbJc_Ib9aao). Organizaciones judías como Jewish Voice for Peace no sólo se movilizan contra la ocupación, sino que incluso promueven una campaña de boicot económico contra Israel (ver http://jewishvoiceforpeace.org/). Me es francamente incomprensible como gente que se considera liberal o social-demócrata puede preferir difundir la versión de un gobierno extremista como el israelí, antes que recoger la información y el testimonio de gente que se atreve a desafiar los relatos autocomplacientes de la mayoría de sus compatriotas, y que padece por ello el acoso de su gobierno.

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