Aceptémoslo: Gramsci es uno de los pocos buenos recuerdos de la izquierda. Además de sus famosos Cuadernos de cárcel, su importante legado incluye también la creación de una de las publicaciones periódicas más destacadas de la historia del periodismo italiano: el diario L'Unità, fundado el 12 de febrero de 1924 con el subtítulo Diario de los obreros y los campesinos. Desde sus inicios, esta publicación jugó el rol de órgano oficial del Partido Comunista Italiano (PCI). 

L'Unità se empezó a imprimir en Milán, llegando en sus primeros años a una circulación de alrededor 20.000-30.000 ejemplares. Su larga trayectoria, marcada por una serie de antagonismos y el paso eventual por la clandestinidad, es un reflejo de la convulsionada historia del PCI. En noviembre de 1925, por ejemplo, el periódico fue suspendido por el naciente régimen fascista y clausurado tras el atentado fallido contra Benito Mussolini el 31 de octubre de 1926. Una edición clandestina fue publicada a inicios de 1927, con circulación en Milán, Turín, Roma y Francia. La publicación del diario fue oficialmente reanudada tras la liberación de Roma en junio de 1944. Tras la disolución del PCI en 1991, el periódico pasó a manos del Partido Democrático de la Izquierda.

Cabe mencionar que L'Unità contó con diversos colaboradores de excepción, entre los que se cuentan figuras literarias de la talla de Cesare Pavese, Italo Calvino, Elio Vittorini y Pier Paolo Pasolini. 

En 1974 la circulación de L'Unità llegaba a 239.000 copias diarias. Su número comenzó a decrecer hacia los años 1980, a la vez que se acentuaba la crisis del PCI. El diario publicó su último ejemplar el 31 de julio de 2014, desapareciendo por los problemas financieros de la empresa editora.

Notas relacionadas:

"Antonio Gramsci", por Nuestra Bandera.

Pasolini, el nuevo cineasta favorito del Vaticano.

Gramsci, a 120 años de su nacimiento.

Gramsci más allá de Gramsci.