El miércoles 30 de julio, en la Feria Internacional del Libro de Lima, asistimos a la presentación de Luz tras la memoria, el nuevo lanzamiento de Lápix Editores. Bajo la edición de Alejandro Susti, este libro es una selección de artículos que el multifacético escritor (puesto que practicó la poesía, la narrativa, la dramaturgia y la ensayística) e intelectual Sebastián Salazar Bondy escribió entre 1945 y 1965.
A cargo de la presentación estuvieron Eduardo Lores, representante de la editorial, Alejandro Susti, encargado del prólogo y la selección de textos, Juan Gargurevich, decano de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP, y Mario Granda, estudioso de la literatura peruana.
El libro, cuyo primer tomo —de los dos proyectados— fue presentado en esta oportunidad, es producto de un trabajo de investigación de varios años y que aparece como un homenaje a la memoria de Salazar Bondy, de quien en 2014 se celebra el nonágesimo aniversario de su nacimiento.
- remar contra la corriente
Sebastián Salazar Bondy fue el principal promotor cultural de su época. Integrante de la "generación del cincuenta", junto con los poetas Jorge Eduardo Eielson, Javier Sologuren y Blanca Varela. Luego de su retorno al Perú en 1951 (venía de estar en Argentina cuatro años) y hasta sus últimos días, Sebastián se convirtió en un motor incansable para difundir la obra de otros artistas, así como de generar o exigir espacios adecuados para la cultura en nuestro país.
Una rápida enumeración de sus habilidades confirmará dicha aseveración. Y es que, aparte de la poesía y el teatro —sus primeros amores—, practicó la crítica de arte, la crítica literaria, el periodismo cultural y el comentario político. Además, escribió más de un prólogo para antologías de la época o para los primeros libros de autores jóvenes.
Estimulado por su ideología, la cual se afianzó en su estadía en el extranjero, Salazar Bondy fue indudablemente nuestro primer intelectual comprometido. En ese sentido, debemos recordar que Mario Vargas Llosa, apenas un muchacho cuando entabló amistad con él, encontró en Sebastián una figura modélica para su vocación literaria.
Su fallecimiento, ocurrido en 1965, truncó terriblemente la vida de alguien que abogó por la preponderancia de la educación como derecho de las mayorías y que rechazaba el aislacionismo o la indiferencia de los artistas hacia la realidad peruana de entonces. Además, redujo su obra a un solo libro, el ensayo Lima la horrible (1964).
Alejandro Susti, consciente de esta situación, se propuso hacer una selección de la obra de Salazar Bondy que, hasta ahora, había quedado restringida a los visitantes de hemerotecas especializadas: sus artículos periodísticos sobre literatura. Susti, quien, por cierto también es poeta y músico, además de investigador literario, señaló ante el público que este trabajo "ha sido una tarea sumamente enriquecedora".
Poner en el tapete a Salazar Bondy, a cincuenta años de su fallecimiento, ha sido para Susti "un deber, una responsabilidad enorme". Sobre todo, cuando el ausente siguió un ritmo incansable de escritura. De acuerdo al cálculo de Susti, todos los artículos publicados suman alrededor de 2200 en dos décadas de trabajo.
Precisamente, esta copiosa cantidad llevó a que la editorial decidiera dividir la selección preparada por Susti en dos tomos. De lo contrario, como se dijo en la mesa, el resultado hubiera sido el insufrible libro —al menos para una gran mayoría— de 800 páginas.
El libro es una muestra muy importante, ya que permitirá conocer la visión y el pensamiento, así como la historia de un hombre que requirió de gran energía para poner al alcance del ciudadano promedio el arte en casi todas sus manifestaciones (literatura, pintura, teatro, cine). Este es un proyecto no tan alejado de la utopía, si se considera que entre los cuarenta y los sesenta la escena cultural del Perú era, salvo contadas excepciones, un verdadero desierto.
De allí que Susti sostuviera que la labor de Sebastián, en ese contexto, fue la de "remar contra la corriente", convirtiéndolo en "uno de los pocos intelectuales peruanos que decidió hacer algo por el país".
Juan Gargurevich contó que tuvo la oportunidad de entrevistar a Salazar Bondy cuando comenzaba su carrera como periodista. Además, compartió con el público algunas impresiones sobre la importancia del periodismo en la vida del autor de Lima la horrible. Resaltó que las páginas de los diarios lo acercaron más a las personas y fueron una tribuna desde la cual exigió atención para diversos problemas vinculados con la producción cultural, en cualquiera de sus ramas.
Por último, la intervención de Mario Granda sirvió para reconocer algunas de las principales directrices presentes en el volumen. Puso mayor énfasis en uno de los rasgos de los artículos de Salazar Bondy: el autodenominarse como "cronista". Esto, a ojos de Granda, significa un modo de invitar al lector a acompañar al autor a través de sus recorridos mentales y argumentativos, demostrando su preocupación porque se le siguiera con precisión.
El libro se puede encontrar en el stand 7, correspondiente al sello independiente Borrador Editores.
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