Gregorio Condori Mamani, mucho más que Cusco
Hoy se presenta en la FIL la reedición de la autobiografía del cargador cusqueño: una historia sobre la cosmovisión andina y la desigualdad social del Perú.
“Así estamos los cargadores, en las calles y mercados, arrastrando nuestros harapos como condenados. Estos harapos se pueden remendar todavía, pero el hambre de nuestro estómago, no se puede remendar …”
Cada mes la 'Casa del Cargador', en la cuadra 5 de la avenida Alta, en Cusco, recibe a jóvenes, adultos y ancianos; todos ellos cargadores de alguna de las provincias cusqueñas. Se dedican a transportar cargas de todo tipo, pero sobre todo las que entran y salen a los mercados.
La casa es un proyecto de la Asociación Civil Gregorio Condori Mamani, y tiene como objetivo dar acogida, capacitación y promoción a migrantes campesinos andinos, que asumen inicialmente el oficio de cargadores de soga en la ciudad de Cusco, y que son excluidos económica, social, cultural, y políticamente. Así, busca que estos hombres sean reconocidos en su condición humana y puedan ejercer efectivamente sus derechos. Los cargadores son –en su mayoría– campesinos pobres que salen de sus comunidades debido a la crisis económica y se trasladan a la Ciudad Imperial en busca de mejorar sus condiciones de vida y de su familia.
La asociación, fundada en 1987, lleva el nombre de aquel cargador nacido en Acopía, quien al quedar huérfano desde pequeño salió de su comunidad para ir a trabajar a la ciudad, pasando por innumerables experiencias, unas más terribles que otras. Aquel peruano participó en un cortometraje que el director Luis Figueroa rodó sobre los cargadores y quien lo entrevistó fue Ricardo Valderrama, joven antropólogo, quien dos años después, junto con su colega Carmen Escalante decidieron retomar la relación con Gregorio Condori Mamani y Asunta Quispe, su esposa. Se mudaron cerca de ellos y entablaron amistad, lo que les permitió tener la confianza suficiente para conversar de todo.
Esta comunicación dio origen a uno de los libros (Gregorio Condori Mamani - Asunta Quispe Huamán. Autobiografía Noqaykuq Kawsayniyku) más apasionantes sobre tradición oral, dentro y fuera de nuestras fronteras (ha sido traducido al alemán, holandés, noruego, inglés, japonés y polaco). En muchos países es una herramienta de estudio, incluso se han publicado ediciones especiales, como por ejemplo solamente la parte de la esposa, cuya vida es relatada al igual que las de Domitila y Rigoberta Menchú en Alemania.
...Como viejo, quisiera que todos los cargadores que vivimos acá en el Cusco, viejos y jóvenes, nos juntemos en un sindicato. Así haríamos una sola fuerza, con una sola voz
Un waqcha
Analfabeto, pobre, quechuahablante monolingüe, huérfano. Discriminado, marginado, abusado. Pastor, barrendero, obrero, campesino, cargador, Gregorio Condori Mamani llevó su vida literalmente sobre sus espaldas.
A través de su autobiografía conocemos no solamente un Cusco y un Perú de los sesenta y setenta, sino también mucho de la cosmovisión andina, de esa que Gregorio oyó desde muy pequeño: el origen del Cusco, las deidades, los apus, la pachamama, el ukapacha, el hanakpacha, la fuerza de la naturaleza. Política, conflictos sociales, la pobreza en el campo, las diferencias étnicas y sociales. Leer este libro es un viaje al pasado, pero con muchos puntos de encuentro con la actualidad.
Publicado por primera vez en 1977 por el Centro Bartolomé de las Casas del Cusco, había salido de imprenta por última vez en el Perú en 1990, pero gracias al empuje de la escritora Karina Pacheco Medrano (Ceques Editores) tenemos una nueva versión de esta joya de la oralidad andina, totalmente bilingüe, pues Escalante y Valderrama han traducido al quechua su antiguo y nuevo prólogo, así como el prefacio de Tom Zuidema.
Hoy, 29 de julio, a las 8:15 pm será presentado en la sala Clorinda Matto de la Feria Internacional del Libro. Están invitados.
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