Para Eduardo Dargent, entrevistado hoy en el diario La República, la alcaldesa Susana Villarán llegó al poder con la intención de tener una gestión que se distinguiera de todas las anteriores porque no tendría en la típica obra de fierro y cemento un símbolo de eficacia. 

Sin embargo, pese a que se ha realizado otra serie de obras valiosas, esta actitud le ha "pasado la factura": no ha podido diluir la imagen de Luis Castañeda Lossio de la mente de los electores. Sobre todo en los sectores socioeconómicos bajos, en los que el líder de Solidaridad Nacional ha calado con mayor impacto. 

La alcaldesa presentará hoy a sus candidatos a regidores y distritales. El evento, programado para las 6 de la tarde en el Coliseo del Colegio Salesiano, ubicado en jirón Huaraz 1045, marcará el inicio de la campaña de Diálogo Vecinal. 

A continuación, las declaraciones de Dargent sobre la campaña de la alcaldesa:

La República (LR): A pesar de que no ha salido un minuto a los medios, Castañeda Lossio tiene una amplia ventaja sobre Villarán. ¿Quién ha colaborado más a esto: la propia Villarán con su gestión o Castañeda y sus anteriores períodos?

Eduardo Dargent (ED): Creo que se desaprovechó una oportunidad importante de hacer un tipo de política distinta. Simpatizo con varias de las ideas de la actual municipalidad, como abrir espacios públicos, hacer reformas de largo plazo en el transporte. Pero errores iniciales, una campaña muy fuerte en su contra, no haber medido la cancha política, le han pasado la factura a la alcaldesa. Perdió el contacto con la población de los sectores más pobres. Entonces, la legitimidad de la antigua forma de hacer política, que es obra pública y cemento, fue vista por la población como algo más efectivo. Lo más astuto hubiese sido mantener parte del estilo anterior e ir construyendo una legitimidad diferente de hacer política.

(LR): Gran parte de la crítica era que la ciudad no avanzaba, que no había obras tangibles.

(ED): Encuentro en algunos sectores vinculados a la alcaldesa que esto es parte de una conspiración. Creo que a ella le falta autocrítica en el sentido de reconocer de alguna manera que perdieron contacto con un sector importante de la población. Se perdió eso y muchas personas aún reconocen en Castañeda los hospitales de la Solidaridad, obras públicas grandes y escaleras; y la administración de Susana no logró poner una marca similar, reconociendo que además tuvo una campaña durísima en su contra.

(LR): ¿Susana puede corregir algo hasta el 5 de octubre o ya es tarde?

(ED): Nada en el Perú está escrito en piedra, pero el candidato que pueda ganarle a Castañeda será aquel que le pueda robar votos en los sectores bajos y me parece que Susana Villarán está lejos de lograrlo porque ha perdido contacto con esos sectores. Me parece difícil quitarle a Castañeda esos sectores, donde, sin hablar y en base al recuerdo de su administración, se mantiene fuerte. Otra cosa es que muchas de las reformas que hizo Villarán tocaron sectores de la economía informal que reconocen en Castañeda a alguien que nunca se metió con ellos, como transporte y La Parada.

El resto de la entrevista —en el que opina sobre la elección de Ana María Solórzano, la crisis política de las regiones y el rol del ministro Daniel Urresti— puede ser leído aquí.

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