En el 2011 se llevó a cabo el coloquio 'Medios, memoria y violencia', que organizaron la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) en el marco de un proyecto bilateral de ambas instituciones con la Universidad de Hamburgo (Alemania). Entonces, el encuentro se centró en el tema de la cobertura que los medios de comunicación le dieron al conflicto armado interno peruano así como al debate promovido por la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el Perú.

“Luego de este evento hubo una segunda parte –mucho más académica– que se desarrolló en Alemania, en la cual se profundizó en torno al papel de los medios de comunicación de una manera más amplia: desde la literatura, la caricatura, el arte popular, las arpilleras, las películas y la internet”, explica a LaMula.pe Rocío Silva Santisteban, de la CNDDHH.

Así –añade– se vio la relación entre el humor y la violencia, las desapariciones forzadas, el sistema de justicia, la victimización general, la relación entre víctimas y victimarios y lo que se conoce como violentografía (obras que representan violencia)

“El propósito era entender mejor los medios en tanto lugares de memoria que a su vez son lugares de violencia”, señala Silva Santisteban. De hecho, lugares que no sólo reproducen o propagan sino transforman la violencia al representarla. Y es que no basta prohibir la violencia o criticar la impunidad general, no es suficiente reportar todo en informes, por valiosos e imprescindibles que sean, ni tampoco basta fundar museos de la memoria para evitar la violencia. También es necesario re-narrarla, re-verla, re-presentarla para transformarla en una memoria colectiva que realmente sirva para relegarla. Para los organizadores de este coloquio había que preguntarse en qué consiste la contribución de los medios para guardar, complementar o alterar los saberes de la memoria en cuanto a la violencia del conflicto armado en el Perú. 

Y hoy la CNDDHH presenta dos tomos de 'Medios, memoria y violencia' que recogen lo conversado en estas dos jornadas. “Es importantísimo reflexionar en torno al papel de los medios de comunicación en tiempos de violencia”. En las actas del coloquio –resalta Rocío– se menciona que a diferencia de los años ochenta en los cuales los periodistas fueron valientes y cubrieron noticias de la violencia no solamente desde Lima sino sobre todo desde el lugar de los acontecimientos –hasta lo ocurrido en Ucchuraccay–, en los noventa hubo un pacto de los dueños de los principales medios para no dar cabida a noticias sobre la violencia política. “Así lo señalan Jackie Fowks, Gustavo Gorriti y Fernando Vivas”, anota.

Tan sólo por este último punto, por el cual el periodismo debiera poner las barbas en remojo, vale la pena escuchar la presentación de estas obras, pero realmente cada tomo trae mucho más para el interés de todos los peruanos y para aprender mucho de lo que nos falta para entender la violencia que el Perú vivió y las heridas que aún siguen abiertas.

La cita es en la sala César Vallejo de la Feria Internacional del Libro, a las 7 pm.