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"La sociedad ideal debe ser responsable y solidaria"

Una entrevista con el panameño Rubén Blades, en la que comparte su voz, no la del salsero, sino la de un hombre interesado en el destino de América Latina.

Publicado: 2014-07-16
Una de las novedades musicales que se anuncian para la nueva Feria del Hogar es la participación del músico panameño Rubén Blades, dos años después de que no visitara con la Fania All Stars. El cantautor y político ha dictado cátedra con sus canciones, cuyas letras han hecho reflexionar, polemizar y bailar a diversas generaciones. Hoy cumple 66 años y recuerdo esta conversa que tuvo con Alejandro Balaguer, fotógrafo y periodista argentino, peruanista y hombre de mundo. 

¿Cuál es el modelo ideal de país con el que sueñas?
Un país que se desarrolla no solo económicamente hablando, sino que también se desarrolla en términos espirituales. Las grandes civilizaciones han tenido esos componentes de desarrollo material pero también de desarrollo espiritual. Lo que ocurre ahora es que hay dificultades que no existieron en aquellos tiempos. Y es que la sociedad básica hoy es muy compleja, está unida por distintos grupos étnicos, de intereses diferentes. La situación ideal sería una sociedad en la que el aspecto espiritual y el aspecto del bien físico se encuentren formando parte de la misma propuesta. Una sociedad que sea responsable y que sea solidaria: esa es la ideal.
América Latina tiene 540 millones de habitantes, de los cuales 200 millones viven en la necesidad. ¿Cómo hacer para tener sociedades con más equidad?

Contamos con poblaciones que han sido criadas y educadas, y grupos donde hemos permitido la irresponsabilidad social hasta el grado que tenemos una gran masa que no ha desarrollado una iniciativa que permita el aprovechamiento de la oportunidad que cree una mejor distribución de ingreso y una posibilidad de equidad social económicamente hablando, mejor que la que existe hoy. Ahora, lo que le corresponde a los gobiernos es actuar enérgicamente para producir no solamente la educación que es necesaria, la capacitación que es necesaria, sino también crear los ejemplos de valor de tipo espiritual que permitan la dirección de ese grupo, pero el problema que tenemos ahora es que la familia, la descomposición, la desintegración familiar, está creando una anomia increíble a nivel social, y con eso hemos creado una subcultura que tiene otros valores.

¿Es que somos demasiado egoístas?
Por eso es que tuvimos que crear la ley como una medida artificial de producir paridad, igualdad y acceso. Ahora el capitalismo yo lo veo en función de la producción de bienes y el desarrollo de consecuencias económicas. También tiene una responsabilidad de tipo social, tiene que existir. Entonces por eso es que hablo de un capitalismo social. Así es que yo creo que se podrían conjugar las dos cosas. El problema ahora es que hay una confusión muy grande. Por ejemplo, con lo que te hablan de la doctrina del neoliberalismo; yo me río porque el liberalismo implicaba oportunidades, sin embargo cuando se hablaba de neoliberalismo se está hablando como si fuera la nueva versión de los monopolios. Entonces si estamos hablando de neoliberalismo ahora, estaríamos hablando de una propuesta donde los mercados acceden a la posibilidad popular. Pero eso no es lo que se lee. Lo que se lee como neoliberalismo es que perpetúa la venta de todos los recursos nacionales a extranjeros y el control de las oligarquías sobre los bienes de producción de las naciones y eso no es lo que el liberalismo es.
¿Será posible ver una América Latina unida?

Nacimos de muchas madres pero todos somos hermanos. Yo creo que la misma gente también va adquiriendo cada vez más y más una conciencia de ser latinoamericano. O sea, ahora siento que incluso desde nuestros países empezamos a sentir lo que es ser latinoamericano y eso es un cambio muy grande que se da también por haber ido desapareciendo todas las dictaduras militares. Recuerda que mi primer disco me lo prohibieron como en 17 países; y ese disco, Juan González, era uno que hablaba de un guerrillero. Es que en ese tiempo, en 1967, teníamos como 17 dictaduras.

Tú, que andas entre Panamá y Nueva York, debes saberlo: ¿los hispanos ya son mayoría en Estados Unidos?

¡Ya lo somos! Ya no somos minoría. Ahora mismo hay más latinos que cualquier otro grupo, hay estados en donde hay un porcentaje que supera el 50 por ciento, sobre todo los estados al sur, Nuevo México, California, Nevada, entre otros. El problema no es el número, el problema es que nosotros, la mayoría de los latinos que hemos viajado a Estados Unidos, hemos ido por condiciones económicas y vamos pensando con el dinerito con que vamos a regresar y le vamos a comprar una casa a mamá y vamos a hacer una casa para nosotros y un negocito. Entonces el problema no es tanto eso, el problema es que nosotros, esa fuerza, esa mayoría, no la hemos traducido en fuerza política y eso es porque nosotros nos comportamos como tribu. Tú tienes la tribu de los argentinos, la tribu de los puertorriqueños, la tribu de los mexicanos, la tribu de los panameños y la tribu de los cubanos, entonces no articulamos el argumento como grupo. Los gringos, los norteamericanos, nos ven a nosotros como latinoamericanos, el norteamericano no tiene idea de la diferencia que hay entre un mexicano, un cubano, un argentino y un brasileño; en absoluto, cree que todos decimos olé, que nos gusta ir a los toros, que las mujeres bailan con una flor en la boca, que todos bailamos salsa y que todos comemos lo mismo. A lo que me refiero es que hay esos argumentos tontos que no dejan que se manifieste la circunstancia bajo una voz, y hasta tanto nosotros no tengamos la representación política de nuestra fuerza clara, y económicamente ya están empezando a sentirla, nosotros vamos a seguir siendo un grupito.

Y hablando de tribus, mejor de jefes de tribus, ¿sigues queriendo ser presidente de Panamá?

Yo creo que cada uno ocupa su posición, es decir, es una cuestión de temperamento, eso es lo que estoy diciéndote ahora; hoy me estás preguntando, me preguntas otra vez en diez años y a lo mejor pienso otra cosa, porque evolucioné, o involucioné…Pero no es que yo me levanté un día, miré al cielo, me sienta ungido y diga: voy a ser Presidente de la República. Soy una persona que cree en las cosas, tengo convicciones y muero por ellas, y a veces creo que la gente no entiende la diferencia que hay entre administrar un país y reformar un país. La administración y reforma de un país va a ser un asunto peleado, porque hay grupos que están entronizados, que no quieren progreso, ni quieren que la clase popular suba a adquirir una oportunidad, o que no quieren perder su ventaja. Y eso requiere entonces un enfrentamiento. Y a veces la gente quiere comerse el omelet pero no quieren quebrar el huevo. En fin, quizás mi candidatura no fuera algo muy apetecible.


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Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


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Redacción mulera

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