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"Aquí se suele confundir el rol del crítico"

Conversamos con Alejandra Ballón y con Edwin Chávez a propósito del lanzamiento reciente del proyecto Investigación Nacional Crítica y Arte (INCA).

Publicado: 2014-07-13

INCA es el nombre de un interesante proyecto dedicado a la investigación sobre crítica de arte peruana. Su página web reúne y pone a disposición del público un importante conjunto de publicaciones, artículos, ensayos, crónicas, manifiestos, entrevistas y textos inéditos, entre otros documentos relevantes de nuestro patrimonio intelectual, con la intención de producir espacios de debate y reflexión sobre la naturaleza de las prácticas artísticas y sus formas institucionales en el Perú.

Para entender mejor la historia detrás de esta iniciativa, conversamos con su fundadora y directora, la artista, investigadora social y docente Alejandra Ballón, y con Edwin Chávez, programador de la Red Científica Peruana y responsable del desarrollo de la plataforma web.   

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¿Cómo empieza el proyecto INCA?  

Alejandra Ballón: La genealogía del proyecto data, en realidad, del 2003. Lo iniciamos Augusto del Valle, Miguel López y yo, básicamente a raíz de un descontento frente a la situación de las artes visuales en el Perú, a la falta de institucionalidad, a la falta de publicaciones, a la falta de conocimiento del discurso crítico, a la falta de espacios dedicados a la investigación en arte, etcétera. Nos era muy difícil dialogar con los colegas, con los otros artistas, porque las cosas que venían sucediendo en el terreno del arte hacía un año, o incluso hacía 5 o 10 o 15 años, no se comunicaban. Vivíamos una especie de historia del arte contemporáneo vía oral y eso implica la pérdida de un patrimonio cultural muy importante.   

En ese momento decidimos lanzar una pequeña plataforma web que duró del 2003 al 2005 y que se llamó “Pie de Página”. Luego yo viajé a Suiza, Miguel se fue a España, y el proyecto se difuminó. En los últimos diez años Augusto y yo, desde mi autoexilio ginebrino, hemos hecho varios esfuerzos para continuar, de manera fragmentada, la recuperación y difusión de estos discursos. A mi regreso en Lima, Armando Williams me preguntó qué tipo de proyecto me gustaría realizar y yo le conté sobre Pie de Página y las ganas de convertir esto en una plataforma sostenible. Unos meses después se obtuvo el reconocimiento y luego el apoyo de la Fundación Prince Claus para la Cultura y el Desarrollo. Eso nos permitió comenzar el proyecto de nuevo y ahora ya estamos colaborando con una red de instituciones, como la Red Científica Peruana, el Centro Cultural de Creación Contemporánea Tupac, el Centro de la Imagen e INFOARTES del Ministerio de Cultura.

Paulo Dam, Alejandra Ballón y Augusto del Valle en "INCA EMERGE", la ceremonia de lanzamiento del proyecto (foto: Pedro Gonzales García, 2014)

Me gustaría que habláramos sobre el estado de la crítica en el Perú para entender el contexto en el que se inscribe el proyecto. ¿Este vacío, esta falta de espacios para un debate sobre las artes visuales, es algo reciente o que siempre ha existido en nuestro país? ¿Ha habido mejores épocas para el debate crítico?

AB: Eso espero la verdad. Aunque que yo recuerde no bajo una plataforma o institución que apoye una crítica que pueda ser independiente; lo que sí hay son reflexiones ligadas a las políticas culturales de ciertos museos, centros culturales, escuelas u otras instituciones. Pero no creo que se haya dado esa situación de independencia ligada a la práctica de la crítica en algún momento en el Perú. Podemos mencionar a los diversos representantes de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) en el Perú pero no necesariamente como una plataforma dedicada a la crítica. Por otra parte, la crítica no ha sido integrada de manera transversal a la pedagogía en las escuelas de arte, tampoco lo ha sido la enseñanza del arte contemporáneo peruano. Sin embargo, algunas escuelas de arte están por primera vez incluyendo tanto a la teoría como a la investigación en arte contemporáneo nacional e internacional como parte fundamental de la malla curricular. Estos cambios rendirán estudiantes mucho mejor preparados en un futuro cercano.  

En el caso particular de la prensa escrita ha habido épocas en las que existían reales columnas de crítica capaces de producir un debate cultural: por ejemplo, el crítico Juan Acha escribía en El Comercio y ese diario tenía además sub oficinas dedicadas a la investigación, algo que hoy en día ya parece impensable. Lo que está pasando, además, es que las nuevas plataformas que sirven para comunicar la producción local en artes visuales son las revistas de sociales. Es un contexto en el que ya estamos confundiéndolo todo porque, si bien es cierto que estos espacios permiten a varios artistas darse a conocer en el medio, el fin no es la difusión de los contenidos ni una reflexión sobre la relevancia cultural de sus propuestas. Es más que nada una comunicación de “lo que está pasando” pero desde una visión de lo social entendido como lo que Jorge Villacorta llamó recientemente “el orgullo por los nombres”. Desde luego, no es una cuestión de si está bien o mal el que esto suceda, pero no es ni remotamente suficiente y no puede reemplazar un real espacio dedicado al pensamiento crítico.

¿Consideras que el trabajo crítico en el Perú ha logrado, en alguna época, seguir el ritmo de la creación o siempre ha existido este problema?

AB: La producción artística ha sido mucho mayor en volumen que la crítica y, en mi opinión personal, es una producción de mucha calidad. Creo que el trabajo de los artistas peruanos no ha sido lo suficientemente investigado ni puesto en valor, justamente por esta falta de énfasis en el trabajo crítico. Un crítico que investiga reconoce y pone en valor el sentido de la producción artística, señala los posibles discursos y cómo estos nos devuelven una mirada de nosotros mismos como sociedad. El arte siempre es un reflejo de lo social; los artistas canalizan y cristalizan muchas situaciones, y ese análisis no se está recuperando. No estamos entendiendo las etapas por las que la producción artística local ha pasado, a pesar de que eso nos podría ayudar a crecer y a desarrollarnos de manera sostenida, con educación y con una cultura menos fragmentada que pueda dar una solidez cultural.

Sin embargo tengo la impresión de que el mercado del arte, que no es lo mismo que la reflexión sobre el arte, se está desarrollando a gran velocidad: hay más ferias, más compradores, más voluntad de empezar colecciones. ¿Crees que hay un peligro cuando eso sucede sin que se afirme al mismo tiempo un pensamiento crítico sobre esta producción?

AB: Hay dos ferias, efectivamente, y las galerías se están multiplicando –el solo hecho de que no estén desapareciendo ya es una novedad, porque lo normal ha sido que cierre una galería tras otra, sobre todo en el periodo del conflicto armado, al que sobrevivieron pocas galerías. Después ha habido una especie de boom con el regreso a la democracia, y también una fuerte inversión. Pero hay que tener en mente que el que haya un intercambio comercial, no pasa de eso, es un simple intercambio comercial. Aunque el mercado del arte es también un síntoma cultural, el negocio del arte pocas veces se relaciona con los valores culturales que lo producen. Lo que nos interesa a nosotros en INCA son los contenidos, los argumentos, los discursos y las diversas culturas que pueden nacer del intercambio estético. ¿Que si es peligroso? Definitivamente es peligroso que no haya un espacio para el pensamiento crítico porque al no conocer el valor de nuestro arte, se pierden muchas cosas.

Últimamente se ha puesto en duda, de manera insistente, el trabajo de los críticos y curadores, especialmente en el contexto de la Bienal de Fotografía. ¿Cuál es tu opinión acerca de este rechazo que viene acompañado por una actitud de desconfianza, en general, por el arte contemporáneo y la reflexión en torno a él?

AB: Si te refieres por ejemplo al premio otorgado a Chambi en el contexto de la Bienal y que generó más una polémica desinformada que debate cultural, pues creo que esa duda sobre los criterio del crítico y que en otros contextos puede ser muy sana, en el nuestro se ha tornado superficial. Y sobre esa polémica me quedo con la frase del texto de Luz María Bedoya “Lo que esta situación ha puesto en evidencia es la falta de circulación real de los procesos de la vida creativa en nuestro país, lo atascada que esta ha quedado en medio de prejuicios de distinto tipo.” Eso que Bedoya llama falta de circulación de los procesos de la vida creativa está íntimamente ligado a la falta de investigación. 

Hay también otras situaciones importantes que recalcar en la historia reciente de nuestra crítica local. Cuando uno dice crítica en el Perú se interpreta de muchas formas: se suele confundir el rol del crítico con el de la prensa cultural, con el de las revistas sociales, o con simples opiniones fuertes y directas. La crítica, sin embargo, tiene que partir de una investigación, tiene que proponer argumentos y teorías, hay toda una situación para la producción del pensamiento crítico que raramente se da. Por otro lado, hay una cantidad de críticos que han abusado del poder que les ha dado su condición, y que se han dedicado a decir “quién es quién” en el mundo del arte favoreciendo su agenda personal, sin detenerse a argumentar su postura, y esto ha deslegitimado la práctica. Finalmente están también los críticos que con mucho sacrificio hacen un real trabajo de investigación y toman una postura crítica en su discurso sin dar prioridad a una agenda personal. Paradójicamente en nuestro medio estos investigadores no tienen tiempo –ya que no pueden vivir de sus investigaciones–, ni cuentan con un espacio serio que les permita hacer visible los criterios en los que basan sus críticas. A grandes rasgos yo diría que esas son las problemáticas, sumadas a una falta de institucionalidad.

¿Quiénes serían los protagonistas de esta historia de la crítica de arte contemporánea peruana?

AB: Con el fin de hacer visibles a los protagonistas de esta historia es que hemos creado en la página web de INCA una sección que llamamos “crítica” en donde periódicamente mostraremos a estos críticos acompañados de un puñado de sus textos más relevantes. Me gustaría mencionar primero que el trabajo de recopilación de estos textos/archivos se dio de dos formas. Una es la forma que nosotros llamamos el “huaqueo”, que consistió en ir donde los familiares, recolectar datos, escuchar todas las voces que nos dicen “ah sí, yo escuché alguna vez que esta persona hizo una crítica sobre tal tema”, ir y buscar ese pequeño rastro. Augusto del Valle tiene un archivo grande que ha venido recopilando cuidadosamente de esa forma por más de una década. Por otro lado, desde Pie de Página (2003), hemos ido recopilando también archivos y pidiendo a la comunidad artística que nos donaran estos textos… muchas veces nos han donado incluso textos inéditos. Digamos que lo que ha empezado a suceder es que muchos investigadores o artistas o familiares de los difuntos investigadores, que tienen archivo que no está catalogado, nos lo empiezan a donar. Nos entregan las cajas enteras. Desgraciadamente no contamos aún con un espacio adecuado para la apropiada conservación del archivo físico pero lo que sí ofrecemos es una selección de ese archivo, una catalogación y una digitalización que haga que los contenidos se puedan difundir para todos.

el crítico juan acha en múnich (Foto: cortesía de María maría Acha-Kutscher)

En cuanto al tema de los críticos más destacados, te he mencionado a Acha porque nosotros hemos comenzado el archivo con él. Nos parece que es el crítico peruano más importante que hemos tenido en los últimos tiempos; sin embargo, se conoce muy poco de su trabajo. Se conoce más la figura de Acha, pero no se discute sobre cuáles fueron sus argumentos, cuáles fueron sus categorías, qué fue lo que propuso, cómo esto tuvo una repercusión a nivel latinoamericano. Es cierto que la mayoría de su producción sucede en México y eso explica en parte la falta de conocimiento y de reconocimiento aquí. Fue con la intención de hacerle una suerte de homenaje que nosotros quisimos inaugurar la sección “crítica” con Juan Acha como protagonista.

La idea detrás de esta selección de críticos es la de difundir materiales que le permitan al público entender quiénes son estos personajes, qué teorías han aportado, qué perspectivas han dado, para poder formarse una opinión al respecto. Esperamos esto contribuya a desarrollar las diversas teorías para no caer en satanizaciones y/o estereotipos infundados. Hemos empezado con Juan Acha y se vienen muy pronto tres críticos más de diversas generaciones; publicaremos sus biografías y un cuerpo de textos representativos de su trabajo.

También creo pertinente mencionar que Alfonso Castrillón ha trabajado en hacer una historia de la crítica de arte del Perú que está publicada en artículos de la Revista Letras de San Marcos y que nos gustaría pronto poder difundir en INCA.

¿Cuán importante ha sido el trabajo técnico de la construcción de la plataforma web?

AB: La verdad es que La Red Científica Peruana ha hecho un trabajo encomiable con la plataforma web. La empresa ha venido trabajando en los últimos años en otros proyectos para la visualización de archivos y la conservación de la memoria visual, así que cuando su gerente Rolando Toledo se enteró de que nosotros estábamos llevando a cabo este proyecto nos ofreció hacer una especie de piloto de esta programación, adaptándola a nuestras necesidades. La RCP ha sido muy generosa al darnos la oportunidad de poder inaugurar este proyecto, por un lado; por otro lado, de tener la delicadeza de responder a las necesidades específicas del proyecto INCA. Estas son cosas que todavía venimos transformando, elaborando y que vamos a ir mejorando con el tiempo según los usos que los mismos usuarios le den a la página web. Por eso hemos creado ahora una línea del tiempo que esperamos se haga colectiva con los aportes del público.

¿Quieres añadir algo sobre el tema?

AB: Quisiera añadir que el sentimiento que tiene INCA como creación principal es que pueda ser un vehículo, una plataforma social en la que la comunidad artística pueda visibilizar y reflexionar sobre los valores que puede generar el arte contemporáneo. Desde ya Paulo Dam, Augusto del Valle y yo agradecemos los diversos voluntarios que se han ofrecido a ayudarnos y a todos los que aportan con sus visiones y que convierten a INCA en una situación colectiva, donde la comunidad de estudiantes, investigadores y todo aquel interesado en la cultura del arte contemporáneo puede apropiarse de la plataforma, dejarnos sus opiniones y, colectivamente, ir trabajando para que este sea un proyecto de todos y para todos.

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¿Cómo nace el interés de RCP en apoyar este proyecto?

Edwin Chávez: A raíz de un proyecto específico, la RCP ha venido desarrollando una plataforma para museos virtuales que involucra la colección de archivos y creación de salas. Se presentó la oportunidad para que el proyecto INCA utilizara esta plataforma y fue así que se unieron ambos caminos.

¿Cuánto tiempo tomó armar la plataforma y cuáles fueron los objetivos que se plantearon para darle cuerpo a esta idea, a nivel técnico?

EC: Uno de los desafíos que INCA tomó fue rediseñar el concepto visual a partir de la estructura que ya estaba definida en nuestra plataforma de museos. Si bien esto era un limitante para ellos, al mismo tiempo se convertía en una oportunidad para acelerar el alcance de su proyecto. Aun así, de parte nuestra había que adaptar algunas lógicas específicas de acuerdo a las necesidades de INCA.

¿Hasta qué punto crees que plataformas tecnológicas de este tipo pueden ayudar a corregir o a subsasanar una situación en la que los medios tradicionales han abandonado casi totalmente su cobertura dedicada al arte contemporáneo?

EC: Las plataformas siempre dependerán de las iniciativas de las personas. Si bien es cierto que la tecnología ha abierto las posibilidades para llenar vacíos, a su vez ha generado nuevos retos y problemas. Crear plataformas no es un tema sencillo, pero sin lugar a dudas una plataforma puede permitir que diversos proyectos reutilicen sus estructuras para crear conceptos diferentes. Tal vez en la reutilización de las plataformas para crear conceptos nuevos esté el verdadero equilibrio y la verdadera oportunidad para emprendimientos culturales.


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Escrito por

Alonso Almenara

Escribo en La Mula.


Publicado en

Redacción mulera

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