A 21 años del hallazgo de La Cantuta
Nueve estudiantes y un profesor fueron desaparecidos por el grupo Colina en 1992, un año después se encontraron algunos de sus restos.
El 8 de julio de 1993 un hallazgo concentró el interés de los medios de comunicación y conmocionó a los peruanos, fosas con restos humanos halladas en un descampado de Cieneguilla daban las primeras pistas de lo que sucedió con nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), desaparecidos un año antes.
El periodista Ricardo Uceda, ese entonces director de la revista Sí, recibió información de que los estudiantes desaparecidos habrían sido enterrados en la quebrada de Chavilca, distrito de Cieneguilla, al este de Lima. Uceda solicitó a la 16º Fiscalía Provincial Penal de Lima, a cargo del fiscal Víctor Cubas Villanueva, que practique una diligencia de verificación. En el lugar se encontraron algunos de sus restos, entre ellos, dos manojos de llaves que ayudaron a identificar a las víctimas y comprobar que efectivamente se había intentado desaparecer por completo a los estudiantes y el profesor.
Posteriormente, 4 de noviembre de ese mismo año, se encontraron con más restos las fosas del descampado de la Ramiro Prialé, en Huachipa. Sin embargo, 21 años después, aún se encuentran en calidad de desaparecidos cinco de los diez detenidos por el denominado escuadrón de la muerte (grupo Colina).
El secuestro
En la madrugada del 18 de julio de 1992, el grupo Colina realizó una operación militar en la universidad La Cantuta. Irrumpieron en las viviendas estudiantiles y detuvieron a Juan Mariños Figueroa (32), Heráclides Pablo Meza (28), Robert Teodoro Espinoza (24), Armando Amaro Cóndor (25), Luis Enrique Ortiz Perea (21), Dora Oyague Fierro (21), Felipe Flores Chipana (25), Bertila Lozano Torres (21), Marcelino Rosales Cárdenas y el profesor Hugo Muñoz Sánchez (47).
En los días posteriores ninguna autoridad militar daba razón de las 10 personas secuestradas y negaban la incursión nocturna. Los familiares presentaron numerosas acciones de hábeas corpus las que, a pesar de la existencia de testigos que narraron el secuestro de las víctimas, concluyeron sin dar respuestas ni señalar culpables, hasta aquel 8 de julio de 1993 que marco el primer paso en la búsqueda de justicia.
Documental 'La Cantuta: En la boca del diablo'
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