Sigo sin creer que el Rafa Márquez le metiera falta a Robben, sigo sin creer que se cobrara ese penal que le dio la victoria a Holanda. Temas aparte de las atajadas del Memo Ochoa o el carismático Piojo Herrera, en ese partido México debió ganar.  

Como tantos otros eventos que vienen sucediendo en el Mundial (el codazo no cobrado a Neymar en el primer partido frente a Croacia, o que el cabezazo de Pepe no haya sido sancionado con la misma mano dura que la mordida de Suárez), en lo personal, ese partido tuvo su truco, de aquí que no venga siendo disparatado hablar -como sucede en las redes- de una #FIFAMAFIA.

Ahora, Sofía que también quería que gane México me pasa el dato de una pegajosa canción llamada "Pinches holandeses", compuesta por una joven hincha mexicana. Como se podrá suponer la letra se las carga contra la naranja mecánica y dispara un sentir de la afición: "Que poca madre, Holanda".