En abril de 1987 Chile recibió la visita oficial del Papa Juan Pablo II. El histórico hecho dividió a la ciudadanía chilena. Algunos se entregaron al fervor religioso que exigía tan ilustre visita; otros, sin embargo, se unieron a las protestas que se desataron por esos días contra la dictadura de Augusto Pinochet.  Para colmo de males,  meses después, un furioso temporal ocasionó grandes estragos  en la zona central del país. 

Ese fue el escenario  que vivió el escritor chileno  mientras escribía los versos de "Temporal".  Un poema  en el cual el vate se despoja de todo rastro literario para  llegar a lo que él mismo denominó, "el lenguaje de la tribu".  Un lenguaje que combina la calle, la academia y la  feria.   Y aunque el poema no se puede encontrarse completo en ninguna pagina web, sí existen algunos fragmentos  como el siguiente: “Nadie tiene derecho a sonreír / en un mundo podrido como este / salvo que tenga pacto con el Diablo”. 

Al diferencia de muchos poetas que prefieren una estética inmaculada, el vate chileno no rechaza la idea de un poema  social y político. Posiblemente, porque sabe que la práctica política tiene consecuencias en la vida cotidiana, cercana y real.  Él no quiere ser un poeta tradicional. Al contrario, Parra ha  dicho que la escritura de "Temporal" era una necesidad impostergable y que no deseaba ser simplemente un fotógrafo de imágenes oníricas.

Si bien para algunos resulta sorprendente que un poeta al borde de los 100 años publiqué un libro, lo cierto es que el escritor chileno han mantenido el constante ejercicio de la escritura. Como mencionan sus allegados, el creador de los antipoemas sigue "acumulando cuaderno tras cuaderno" y estamos seguro  de que  vendrán más publicaciones. 

Así, 27 años después, la literatura en lengua española ha recuperado un texto literario de una de sus más grandes figuras.

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