Milicianos de la agrupación Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), la cual ha sido vinculada con Al Qaeda, llegaron a Mosul, la segunda ciudad en importancia de esta nación del Medio Oriente. Ellos, junto con otros grupos yidahists sunitas, han ocupado toda la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital, y las provincias vecinas de Kirku y Saladino. 

Esta situación ha llevado a que cerca de medio millón de civiles haya decidido escapar hacia Kurdistán, en la zona norte del país, como una forma de salvaguardar sus vidas. El control es absoluto, que inclusive el gobernador de la ciudad se encuentra entre los desplazados.

Los extremistas, además de instalarse en la oficina del gobernador y las comisarías de la policía, tienen el poder de cadenas de televisión, aeropuertos y diversos edificios oficiales. Y el miércoles entraron al consulado turco en la ciudad, tomando como rehenes a 48 personas, entre ellos el propio cónsul.

Los refugiados, que se han visto obligados a hacer su periplo a pie, pues los integrantes del EIIL prohibieron el uso de automóviles en Mosul, tienen que soportar, también, la escasez de agua y víveres en la región.

El primer ministro chiita Nuri al Maliki, por su parte, ha permitido el suministro de armas para los voluntarios que quieran enfrentar a los insurgentes. Asimismo, indicó que se reorganizarán las fuerzas de seguridad, luego de haber sucumbido ante los yihadistas. 

El EIIL es una de las agrupaciones más radicales de la región. Combaten al presidente Bashar Assad en la vecina Siria, y pretenden instalar un Estado islámico único entre Siria e Irak. 

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