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Los factores detrás de la desaceleración

David Rivera reflexiona sobre China, la desconfianza empresarial y el letargo estatal.

Publicado: 2014-06-10

"El contexto económico ha cambiado mucho y es necesario que el Presidente haga un esfuerzo político y se ponga por encima de sus emociones. El paquete reactivador que se anunciaría esta semana no tendrá todo el efecto que podría si esta desconfianza de origen no es superada", dice David Rivera, director editorial de LaMula.pe, en el diario La República. A continuación comparto su reflexión sobre la desaceleración económica que experimenta nuestro país.

Desconcierta el análisis que se está dando en torno a la desaceleración de la economía. Es claro que hay (siempre habrá) responsabilidad de este gobierno. Para mí, la más importante, y específica de este régimen, es un problema de origen: la desconfianza y animadversión hacia los empresarios que el presidente Humala no ha logrado superar, y que ha impedido establecer una relación de confianza.

La economía se basa en expectativas, y esta vital variable ha fallado desde el inicio. Es también cierto que, para ser justos en el balance, el sector más duro y conservador del empresariado y los medios de comunicación que le sirven de caja de resonancia pusieron poco de su parte para construir otro tipo de relación.

Pero es finalmente al Presidente a quien le corresponde ser estadista y político. A estas alturas del gobierno resulta claro que ni un ministro de Economía que “tranquilice” los mercados ni una primera dama que cumpla el mismo rol para los empresarios es suficiente.

El contexto económico ha cambiado mucho y es necesario que el Presidente haga un esfuerzo político y se ponga por encima de sus emociones. El paquete reactivador que se anunciaría esta semana no tendrá todo el efecto que podría si esta desconfianza de origen no es superada.

El segundo “error” es un problema más estructural y que habría tenido que enfrentar cualquier gobierno elegido el 2011. Un Estado ineficiente e incapaz de reaccionar ante el nuevo contexto internacional. En este punto diría más bien que hoy se da una clara intención y acciones dirigidas a revertir este letargo, hijo de una ideología de las políticas públicas de dos decenios.

La demora en las medidas para la reactivación es una mezcla de este mal con la lentitud que ha tenido este gobierno para advertir lo que se venía con la desaceleración China y la caída de los precios de los minerales. Este último punto nos lleva a otra variable del debate: la afirmación de que si bien el contexto internacional influye en el enfriamiento, lo más importante es lo que no hemos hecho o lo que estamos haciendo mal internamente.

No logro identificar cuándo lo externo devino menos relevante. ¿Hubiésemos podido crecer a las tasas que lo hicimos sin una China creciendo al 10%? Planteado de otra manera, con una China al 7,5%, EEUU apenas saliendo de una recesión y Europa sin un horizonte claro, ¿a cuánto hubiese crecido el Perú el quinquenio anterior?

Claro que los factores internos deberían permitirnos tener una mejor reacción, ¿pero tuvimos las reformas necesarias en los años de exuberancia donde todo era felicidad para los empresarios? ¿Acaso no se les advirtió en más de una ocasión, a ellos y a los gobernantes de turno, que la fiesta se podía acabar, que ya nos había pasado antes?

Sería mejor dejar de lado críticas poco constructivas y egocentrismos infantiles y ver cómo hacemos en adelante para no acabar con lo que hemos conseguido.

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Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


Publicado en

Redacción mulera

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