En el Congreso, el ministro del Interior, Walter Albán Peralta, informó que se ha dispuesto "extender el uso del polígrafo, o detector de mentiras, para algunas áreas de la Policía que, por su naturaleza, están más expuestas al riesgo de corrupción", según cita la Agencia Andina. Estas declaraciones las brindó en su presentación en la Comisión de Defensa del Congreso.

Es decir, en aquellos sectores de la Policía que se considere que hay mayor posibilidad de incurrir en actos de corrupción se usarán los polígrafos como parte del proceso de investigación. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿tiene validez el uso de esta máquina?

Si bien el aparato fue creado en la policía (Leonard Keeler en 1931, California), como detector de mentiras no tiene validez alguna. Este instrumento mide las respuestas fisiológicas en los momentos que la persona se encuentra siendo interrogada. Aquellos que creen que detecta mentiras se basan en el supuesto de que cuando una persona miente el cuerpo reacciona. Bajo esta hipótesis le dan ese uso.

Ellos no toman en cuenta que las alteraciones en el ritmo respiratorio o cardíaco pueden ser consecuencia del estrés o de las emociones que se producen normalmente cuando se cuestiona a una persona.

En el 2002, la Academia Nacional de Ciencias de EEUU publicó un informe en el cual señaló que la validez y confiabilidad del polígrafo era insuficiente. Además, en el 2004, bajo la edición de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, se publicó el libro El estudio de las mentiras verdaderas, cuyo autor, el psicólogo Benjamín Domínguez. En este texto, se "ilustra la génesis del discurso" que justifica el uso del polígrafo y se advierte que su abuso puede entrar en conflicto con los derechos humanos. Por último, en la web podemos encontrar tutoriales de cómo engañar a los polígrafos debido a su inexactitud e invalidez científica.

Por su parte, el director del Instituto Latinoamericano de Poligrafía, Manuel Novoa, afirma que la única forma de saber si alguien miente es hacerlo pasar por la máquina. En una entrevista del 2011, señaló que en el Perú el polígrafo es usado por la Policía, las Fuerzas Armadas y las empresas privadas. Si bien afirmó que "la poligrafía tiene un nivel de efectividad entre 95% y 98%", reconoció que no puede tomarse como prueba determinante, ya que, afirma, "es un elemento más dentro de los elementos probatorios". Sobre los estudios que señalan que se puede engañar a la máquina, dijo que "nadie puede burlarla". "Medimos reacciones fisiológicas inconscientes que se dan cuando se miente. Hasta los sicópatas y los mitómanos pueden pasar el polígrafo", sentenció.

Este es el polémico método que vemos aplicarse en programas de televisión que tratan temas de la farándula (EVDLV), pero no pensamos en que sería parte de una medida gubernamental para luchar contra la corrupción.