¿Por qué cuando entramos a una relación de pareja se pone en cuestión nuestra libertad y nuestra privacidad? ¿Es posible mantener una relación sana, feliz, sincera, y a la vez sentirnos libres y conservar el ámbito privado que teníamos cuando estábamos "solteros"? 

¿Por qué algunas personas sienten la necesidad asfixiante de saber dónde están o con quién están o qué hacen sus parejas cuando no están juntas? ¿No sería más feliz para ti mismo, más alegre, más relajado permitirle la libertad a tu pareja de estar contigo cuando realmente quiere estar? ¿No te jode casi obligar a tu pareja a que te ame o a que te sea fiel?

En este artículo publicado en El Confidencial, Marta Jiménez Serrano reseña un ensayo del doctor Jeremy Sherman en Psichology Today (que se puede leer en inglés aquí) que aborda estas preguntas desde el concepto de 'ambigamia'.

Según Sherman, nuestras relaciones se debaten entre el compromiso y la independencia. En un punto medio, la ambigamia es casi una filosofía de aquellas relaciones conocidas como "abiertas". “Somos todos ambivalentes, casados doblemente con nuestra libertad y nuestra seguridad”, por lo que en nuestras relaciones “lo ideal sería decidir lo que es permanente y lo que no lo es, con la opción siempre de cambiar de parecer”.

De acuerdo a Sherman, "para los ambigamistas, el bienestar es el fruto de una negociación entre ambos miembros de la relación para equilibrar la libertad y la seguridad, de modo que quede preservada la intimidad y que la libertad de uno no suponga una amenaza para la libertad del otro.  Suena bien, ¿no?

Sherman plantea estos conceptos: 

Amor= seguridad + libertad. 

Espiritualidad= Amar + dejar ir. 

Evolución= estabilidad + variación. 

Trabajo= concentración + juego. 

Intención= libertad + voluntad. 

Ironía= seriedad + humor. 

En realidad, el artículo propone más preguntas que respuestas. Sólo tú puedes responder hasta qué punto estás dispuesto a llegar. Por supuesto, siempre la otra opción es seguir muriéndote de celos cuando tu pareja no está a tu lado. Tú eliges. ¿Tú eliges?

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