A propósito de la muerte del director El Comercio, Fritz Dubois muchos se preguntan qué decisión tomarán sus propietarios y principales accionistas, los Miró Quesada, respecto a la conducción del diario. 

Como se recuerda, Dubois fue el primer director que no pertenecía a la familia propietaria. Su designación en octubre de 2013 supuso el desplazamiento de Martha Meier Miró Quesada, quien si bien no ejerció la dirección, tuvo gran peso en la orientación editorial hasta el fin de la gestión de Francisco Miró Quesada. Con la muerte de Dubois, el acuerdo que había forjado el grupo se desestabiliza y se abre espacio para nuevas -o renovadas- pugnas.

Esta expectativa es el punto de partida de la breve columna de Francisco Durand en el diario La República. Francisco Durand es uno de los pocos fieles a una noble tradición en la que la sociología local tiene muchos pendientes: la lectura del comportamiento de los grandes capitales nacionales.

Durand plantea los elementos que debe reunir el personaje que los Miró Quesada deben poner a la cabeza de su buque insignia si quieren garantizar rentabilidad: pluralidad, equilibrio e independencia. En esa línea, señala Durand, una eventual elección de Aldo Mariátegui (antes director de Correo, hoy columnista de Peru21) garantizaría el fracaso. 

Durand, sociólogo ampliamente entrenado en el análisis del gran empresariado peruano (es autor de un importante estudio sobre la familia Romero), advierte en la situación de la familia Miroquesada (capitales dispersos, falta de un líder natural, intereses comerciales comprometidos por el periodismo) no es una excepción en el desenvolvimiento de los grandes grupos económicos en el país. 

Según el sociólogo, estaríamos frente a una probable "crisis de sucesión" en el capitalismo familiar local. Durand comenta la situación de los Brescia ("pésima reorganización de Seguros Rímac) en medio de la transición generacional, los desacuerdos entre los sobrinos de Roberto Letts (Grupo Volcan), la división de los Añaños, la aún deslucida performance de Dionisio Romero hijo y la expectativa por los herederos de Sandoval y el grupo Gloria. 

Y todo esto en menos líneas que esta invitación a leerlo. Sin duda, La República debería darle más espacio a su columnista.