En agosto del año pasado, el Sindicato Único de Trabajadores del Grupo Ripley entregó un pliego de reclamos a la gerencia con 40 puntos. En él se pedía aumento de sueldo, pago de horas extra y otros beneficios laborales. Lo que el consejo directivo consideraba un pedido justo se convirtió en uno de los conflictos laborales más complicados. Ya pasaron nueve meses y todavía no hay una solución, aun cuando se ha instalado una 'mesa de diálogo' y el sindicato ha reducido hasta 29 el número de sus puntos de demanda. En tanto, la empresa ha reafirmado que no tiene cómo hacer el incremento a todos sus empleados.

LaMula.pe conversó con Mirtha Llanos, secretaria general del sindicato y trabajadora de Ripley desde 1997 (vendedora en la tienda de Megaplaza); Ana María Loyola, secretaria general adjunta (2001, actualmente supervisora del área infantil en el local de San Miguel) y Hugo Visosa, secretario de defensa (1999, vendedor en la tienda del Jockey Plaza).

“Estamos en las mismas desde el año pasado. La empresa sólo ofrece 35 soles mensuales de aumento. Nosotros hemos bajado nuestra demanda de 800 a 430 soles, como una forma de ceder y mostrar buena disposición pero Ripley no muestra lo mismo”, dice Llanos. Por eso han convocado a una huelga los días 3 y 4 de junio. “Esta jornada aprovecharemos para denunciar al Estado peruano ante la OIT, y conjuntamente con dirigentes sindicales del continente denunciar a Ripley ante la OCDE, denuncia que también se presentará en Santiago de Chile”, señala Visosa. “La protesta de 48 horas es por la solución a nuestras demandas, principalmente por la solución a nuestro pliego de reclamos, que ya lleva casi nueve meses de entregado”, anota Loyola.

Los dirigentes remarcan que la empresa es antisindical y denuncian que hay una campaña para desafiliar a los trabajadores, para lo cual las gerencias presionan y –aseguran– dan incentivos a quienes se retiren del sindicato. “En realidad hay compañeros que quieren sumarse a nosotros, pero temen represalias”, indican.

En cuanto a las reuniones con la parte legal de Ripley indican que ésta no muestra flexibilidad. “Ayer, lunes 26 de mayo, han ofrecido un aumento pírrico (35 soles) y consideramos que eso es una burla. Por eso ayer dejamos en acta que no vamos a volver a tratar con los negociadores de la empresa, más bien convocamos a que participen los representantes de la empresa que realmente tomen decisiones”, explican.

Los trabajadores también expresan su desazón por lo que consideran falta de interés de la ministra de Trabajo, Ana Jara. “Hemos acudido tres veces pero no recibimos respuesta del Ministerio de Trabajo, nunca nos ha querido recibir, dice que nos va a llamar, pero hasta ahora nada. ¿Para qué sirve esta entidad gubernamental si permite que una empresa extranjera se burle de las leyes peruanas? Es un ministerio que se queda callado ante los poderosos. Ripley no sólo incumple con el pliego, reflexiona Llanos. Y añade que la Comisión de Trabajo del Congreso de la República tampoco ha hecho nada, a pesar de haber recibido memoriales que explican todo el conflicto laboral.

Los miembros de la comisión subrayan que no están contra el crecimiento de Ripley, pero les sorprende que durante los 17 años que tiene en el Perú la empresa nunca ha pagado horas extra. “Si Ripley crece, qué bueno, pero que eso también se refleje en los bolsillos de sus trabajadores”, dicen.

El dato

La concentración del 3 de junio será a las 10 de la mañana en la tienda de San Isidro y a las 2 de la tarde se marchará hacia la sede de la OCDE y luego a la de la OIT. El 4 de junio la concentración será en la tienda de San Miguel.

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