Una educación medioambiental
La ONG ecOceánica y su apuesta por la investigación y difusión del conocimiento cientifico, para proteger la naturaleza marina en el Perú.
Desde el 2009 la ONG ecOceánica lleva a cabo varios proyectos de investigación en la caleta El Ñuro (Piura), enmarcados en cuatro áreas principales de investigación integradas: Especies amenazadas, Ecología de poblaciones y comunidades, Pesquerías sostenibles y Educación ambiental y difusión.
En estos tiempos en que la industrialización, muchas veces irresponsable, alcanza niveles voraces, resulta más que nunca importante conocer el medio que nos rodea con la mayor precisión posible. No se trata de negar la explotación de los recursos, sino de saber cuidarlos, porque muchas veces estos son animales o plantas que por efecto de las acciones del hombre terminan extinguiéndose. Por ello, educar a la gente sobre cómo aprovecharlos sin generar un desbalance en el ecosistema es clave. Asimismo, cabe resaltar que resulta importante dejar de considerar el mar un vertedero de deshechos, pues ahí es el lugar donde viven la mayor cantidad de especies del planeta y las estamos destruyendo.
El objetivo principal de ecOceánica, fundada por las biólogas Ximena Vélez-Zuazo, Shaleyla Kélez y Cynthia Céspedes, es la labor científica; ya han generado una serie de documentos sobre el ciclo de vida de las tortugas marinas de la zona, tiburones peruanos, entre otros. Esta organización no solo la componen biólogos, sino que la integran otros perfiles como abogados o psicólogos, pues son necesarios para el conjunto del proyecto.

Ximena Velez Zuazo, PhD y Carlos Kouri J. desenrredando una Tortuga Verde (Chelonia mydas) para subirla al bote y realizar la toma de datos.
(Foto: Claudio Gordillo)
EcOceánica se define como “una asociación sin fines de lucro cuyo propósito es conocer, conservar y recuperar los ecosistemas marinos del Pacífico Sudeste, con especial énfasis en los ecosistemas peruanos”. Llevan a cabo sus investigaciones en la caleta El Ñuro. Aunque su finalidad sea científica, su presencia es ya una intervención en una zona específica que se encuentra poblada. Por este motivo, esta ONG tuvo que replantear su modo de actuar, pues debía comprometer y buscar el apoyo de los aproximadamente mil quinientos habitantes del lugar, ya que finalmente su legado y accionar afectarían directamente a esa gente. Por ello, se vieron en la necesidad de plantear programas de conservación y educación ambiental y de relación comunitaria, pues así concientizarían a la gente sobre la relevancia de este proyecto. El conjunto de estas acciones ayudaría a “mejorar el estado actual de nuestro mar”, como dicen en su página web.

Como suele suceder la población, sobre todo los mayores, que vive del mar muestra en un inicio rechazo o desacuerdo hacia ciertos planteamientos de esta ONG, como no pescar peces de determinado tamaño, aunque los pobladores de esa localidad son en su gran mayoría responsables en ese aspecto. En ese sentido, promueven junto a ecOceánica la sostenibilidad de los recursos. Por ese motivo, los investigadores insisten en recalcarles la importancia de este tipo de propuestas y se han dado cuenta que el cambio más grande, la educación sobre la conservación del medio ambiente, no lo producirán ya en las personas mayores sino en los niños y adolescentes. Entonces, llevan a cabo estos programas en los colegios de la localidad. Aproximarse a los niños es tema delicado, pues “no se les puede presentar el problema de la contaminación de un modo negativo para que no estén predispuestos a una derrota. Se les da a las charlas un enfoque científico intentando transmitirles la pasión para que la gente se aproxime de otra manera. El fin es que los niños protejan a las especies en peligro”, como nos comenta Carlos Kouri, investigador asociado de ecOceánica. Por el contrario, buscan sensibilizar a los niños y adolescentes aproximándolos a los animales en los que se centran las investigaciones, como las tortugas marinas, cuando realizan trabajo de campo. Sin embargo, como las charlas educativas se dan durante los horarios de clases, sucede que a veces los padres no consideran adecuado que sus hijos salgan del aula para ir a ver las tortugas.
“Reconocemos la importancia de educar a las nuevas generaciones en el aprecio y cuidado de su ambiente, incluyendo el medio marino. Durante cada salida de campo, el equipo de ecOceánica desarrolla actividades educativas que incluyen charlas en las escuelas locales de El Ñuro, Los Órganos, Máncora y Lobitos. Los objetivos de las salidas de campo son contribuir a un mayor conocimiento, por ejemplo, de las tortugas marinas, difundir nuestro trabajo de investigación, realizar actividades, como ver películas donde resalte el tema ambiental, y juegos al aire libre”, nos comenta Carlos Kouri.
Por otra parte, esta institución busca difundir sus actividades por lo que ha creado el programa Enseña Ciencia dirigido a adolescentes de escuela secundaria de cualquier parte del Perú en el cual se aprende directamente con los expertos y busca involucrar a los estudiantes con el entorno. Este programa tiene por objetivo promover la conciencia ambiental, la valoración y el uso sostenible de los recursos marinos. Esta forma de acercar a la gente propiciará que los participantes aprendan a desarrollar investigaciones científicas con el apoyo y dirección de los investigadores de ecOceánica.

Alumnos del Colegio Ramón Castilla (Los Órganos), recibiendo una clase de campo acerca de las poblaciones de tortugas verdes en el muelle de El Ñuro con el Equipo de ecOceánica.
Esta ONG ha ayudado a que se visibilice el potencial de El Ñuro, al trabajar con la comunidad en promover de la mano en sus proyectos, como el de las tortugas. Estos ha generado que aparezcan cada vez más agencias de ecoturismo ofreciendo recorridos para ver las famosas tortugas de la localidad. Si bien esta situación genera beneficios económicos, estos recorridos ofrecen a los turistas nadar junto a las tortugas y tocarlas, hecho que esta prohibido por el Estado al ser una especia protegida. Si bien ecOceánica resulta una ayuda para el desarrollo socioeconómico de la zona, su fin no deja de ser el enseñar a la gente a conservar y cuidar su medio ambiente. Pero como saben de la situación económica de la localidad, por ejemplo, han implementado capacitaciones para que los mismos chicos sean quienes reciban a los visitantes en el muelle y les brinden información todo acerca de las tortugas verdes. Resulta positivo que la gente de la zona se encuentre capacitada para guiar a los turistas, porque es una forma de generar trabajo. Además, ellos enseñan a los visitantes a valorar su principal riqueza que es ese espacio natural que deben cuidar. Carlos Kouri observa que “en el caso de las tortugas, la gente de la localidad ha aprendido más sobre ellas, que para la población son parte de su espíritu, un emblema”.

Carlos Kouri, Investigador Asociado de la ONG ecOceánica con un tortuguillo recién nacido.
Sin embargo, al ser una zona natural privilegiada El Ñuro está siendo copada por distintos agentes inmobiliarios. Es decir, por un lado está la caleta que es humilde y pequeña y pocos metros más allá comienzan a aparecer lujosas construcciones, que a la larga generarán un serio problema social. Y ayudarán a hacer hincapié en uno de los problemas más difíciles que vive el Perú: su casi insalvable fragmentación social. Por ello, es relevante que ecOceánica logre sembrar sus propuestas, pues finalmente le brindarán herramientas a la gente para que que los pobladores puedan proteger y valorar sus recursos. Además, esto permitirá que tengan un ecoturismo que les genere beneficios y que los pobladores locales sepan reaccionar ante propuestas que colocarían en peligro la zona.
Cabe resaltar que ecOceánica también desarrolla otros proyectos como el de recojo de deshechos marinos. Hasta ahora han llevado a cabo este proyecto en dos lugares de Lima en las playas de Santa María y Ancón. En la primera playa recolectaron en tan solo dos horas un poco más allá de seiscientos kilos de deshechos, cantidad impresionante para una playa que es de las menos contaminadas de Lima.
Aquí, por ejemplo, hay un breve documental sobre el tercer Campeonato de Buceo y Recojo de Deshechos Marinos.
Esta situación, señala Kouri, se debe a “los malos hábitos que tienen las personas. La falta de consciencia de cada uno. Hay una falta de conciencia en los ciudadanos en sus actos de consumo diario, como la cantidad de bolsas de plástico que consumimos. Además, no hay un adecuado deshecho público. La solución no es que hayan muchas ONG ni que haya un presupuesto muy grande del Estado, la solución está en educar a la gente”.
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