¿Estrategia para lavar la cara de la iglesia o solo una joven con un gran talento? A estas alturas la respuesta no importa. Cristina Scuccia tiene a toda Italia fascinada con cada presentación en el reality La Voz, el mismo que ya la incluyó en la gran final. 

La popular monja volvió a conquistar al público en la última edición del programa con el clásico ochentero "Livin' on a prayer" de Bon Jovi, haciendo gala de esa intensidad que marcó como un signo de identidad desde finales de marzo, cuando sorprendió al presentarse en las audiciones a ciegas del formato televisivo.

Pero ya la semana pasada Succia había asegurado su cupo como finalista con el tema 'Uno su mille' de Gianni Morandi, con el que tuvo la oportunidad de adueñarse del escenario con una canción elegida por ella misma, algo que no había podido hacer en la primera fase de la competencia.

¿Pero quién es Sor Cristina? Nacida hace 25 años en Comiso, en la provincia de Sicilia, fue criada en un familia humilde y cristiana, pero pese a ello reconoce que nunca se le pasó por la cabeza ser monja. 

Es más, el sueño de Scuccia estaba muy alejado de los hábitos y los rosarios: quería ser una cantante famosa. "Ansiaba la fama, el éxito, buscaba triunfar en la música y mi familia me apoyaba muchísimo para lograrlo. Pero al final, sentía que algo faltaba dentro de mí", señaló en una entrevista.

Ese anhelo la llevó a probar suerte en el programa italiano 'Amici', cuando tenía 18 años, pero no pasó de la ronda seleccionadora. Poco después pensó en audicionar para The X Factor, pero se dió cuenta que ganaba más dinero cantando en plazas.

Ya en 2007, Cristina se marchó a vivir a Roma para estudiar Arte y las pocas semanas de su llegada comenzó a estudiar canto e interpretación en la escuela Star Rose Accademy, fundada por la ex actriz Claudia Koll, y que está ligada a la congregación de las Ursulinas de la Sagrada Familia. Aquí protagonizaría su primer musical 'Il coraggio di amare', interpretando a una religiosa del siglo pasado muy similar al personaje de Cambio de Hábito. 

"Creo que fue una señal. Y ahí fue cuando poco después me di cuenta de que Jesús me llamaba y me pedía que estuviera dedicado a él. Cuando Jesús te descubre, ya no puedes alejarte de él", aseguró, por lo que en en 2010, decidió ingresar a la congregación, realizando su noviciado en Brasil.

Tranquilo, mulero, quizá no te lleves bien con el italiano, pero igual te dejamos su historia:

Mira sus anteriores presentaciones

¡Madre mía!

Monja imparable