El delincuente, un joven 24 años identificado como Jonathan Gustavo Ronco, quien cumplía una condena a siete años por robo agravado por el uso de armas, obtuvo el beneficio de salidas transitorias el 1 de enero de 2014 por una decisión del juzgado de Ejecución de La Plata (Argentina). El problema es que nunca más apareció.

Luego de haber optado por convertirse en un prófugo, Ronco cometió un error que terminó por llevarlo a la cárcel nuevamente.

Pues si bien no se acercó ni a sus familiares ni a sus amigos, consciente de que la policía estaría esperándolo, ingenuamente recuperó su cuenta de Facebook, situación que —en una época en la que el mundo virtual es cada vez más tomado en cuenta en desmedro del mundo real— le permitió a la policía retomar su rastro. 

Fue así que el gabinete de Delitos Informáticos detectó movimientos recientes en la cuenta de Ronco. De inmediato, se le encargó a una oficial recién egresada, la cual no se ha dado a conocer su identidad verdadera, para que creara el perfil de una joven que atrajera la atención del prófugo con el fin de recapturarlo. 

La agente, en declaraciones al diario Clarín, comentó lo siguiente: "Tengo manejo de redes sociales como cualquier joven, pero nunca pensé que mi primera misión sería investigar a través de Internet". 

Con el falso nombre de "Flor", una aparente muchacha recién llegada a la ciudad, que en su foto de perfil lucía una prenda ajustada y el cabello lacio suelto, la agente terminó por ganarse la confianza de Ronco: "Por más de tres semanas, todos los días, me conectaba y chateaba con él".

El flirteo explícito presente en las conversaciones fue la carnada que llevó a Ronco a aceptar la invitación de "Flor", quien le había propuesto tener una cita en una plaza de La Plata. 

El operativo —que además de la agente contaba con la participación de más de media docena de oficiales encubiertos— fue un éxito, ya que el prófugo se sentó en una banca a esperar la llegada de aquella que consideraba una presa, pero que terminó siendo su captora.