Mientras todos los ojos están enfocados en Brasil 2014, la FIFA tiene otros asuntos que deberá atender en el mes de junio. El órgano rector del fútbol internacional se ha visto sometido a nuevas críticas por denuncias de corrupción en el proceso de votación que otorgó la Copa del Mundo del 2022 a Qatar y del 2018 a Rusia. Ahora, un miembro del Comité Independiente de Gobernabilidad de la FIFA ha calificado como “preocupantes” los indicios de corrupción que se han documentado y que han empañado la decisión del ente con sede en Zurich de otorgarle a Qatar la sede del mundial del 2022. 

Haciendo referencia a un informe recientemente emitido por el comité, Lord Goldsmith, integrante del mismo, declaró que "si la FIFA pretende salir de los escándalos de los últimos años, debe dar una respuesta convincente y transparente para todas las cuestiones relativas a las decisiones de adjudicación de las sedes, ya sea para confirmar que las sospechas son fundadas o para demostrar que son infundadas".

El Comité Independiente de Gobernabilidad fue conformado en el año 2011, tras las acusaciones de corrupción realizadas contra varios miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA en la adjudicación de sedes para los mundiales. Previamente, y sumándose a los reportajes sobre corrupción y desfalco de la televisión británica, el inglés Lord Triesman –uno de los miembros del comité que postuló a Inglaterra al mundial del 2018– acusó con nombres y apellidos a funcionarios del Comité Ejecutivo que pidieron sobornos a cambio de sus votos.

El paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol y previamente sorprendido como el beneficiario de cuentas secretas en Liechtenstein, había formulado la solicitud más pintoresca: un título de caballería, otorgado por la corona inglesa. Ricardo Teixeira, el mandamás del fútbol brasileño, envió un mensaje a Triesman: “búsqueme para que me cuente qué es lo que tiene para ofrecerme”. El que sí le puso números a su pedido fue el trinitario Jack Warner: 2,5 millones de libras esterlinas para construir un centro educativo en Trinidad y 1,6 millones para comprar los derechos de televisión, para que Haití, país recientemente afectado por un terremoto, no se quedara sin ver el mundial de fútbol del 2014. Todos estos personajes han sido destituidos de sus cargos, pero hasta ahora ni la FIFA ni su presidente Joseph Blatter han admitido que se produjeran irregularidades. Oficialmente, los preparativos para los mundiales de Rusia y Qatar continúan avanzando sin cuestionamientos por parte del ente rector del fútbol mundial. 

"Los sucios secretos de la FIFA", reportaje de la BBC.

Este año, nuevas acusaciones llegaron desde el diario inglés The Telegraph, que reveló que 2.4 millones de euros fueron depositados en el 2011 en una cuenta bancaria de la hija de diez años de Ricardo Teixeira (en ese entonces presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA). Previamente, también se alegó que una empresa propiedad del ex miembro del Comité Ejecutivo por Qatar, Mohamed bin Hammam, hizo un pago de más de un millón de dólares al ex vicepresidente de la FIFA Jack Warner, precisamente cerca del momento de la votación y elección de Qatar como sede del mundial.

Adicionalmente a las acusaciones de corrupción, también se han hecho llamamientos para que el evento sea trasladado o reprogramado debido al intenso calor del verano de Qatar durante la mitad del año, cuando se celebra la Copa del Mundo. En septiembre del 2013, Blatter admitió que pudo haber sido un "error" otorgarle a Qatar la Copa del Mundo de 2022 . “Es muy posible que nos hayamos equivocado en su momento”, declaró. 

Pero la decisión por ahora parece mantenerse: “Por otro lado, es necesario hacer el mundial en Qatar", añadió el presidente de la FIFA. El organismo con sede en Zurich debe tomar una decisión sobre el calendario de la Copa Mundial de Qatar en junio. Por supuesto, en ese entonces, el resto del mundo estará distraído siguiendo a Messi, Neymar y Cristiano Ronaldo en las canchas de Brasil.

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