#ElPerúQueQueremos

césar ramos, jefe de creahuiracocha; rosa valencia, coordinadora de centros culturales;  carlos  tolentino, jefe de la biblioteca creahuáscar.

CREALima y la revolución de las bibliotecas en los parques zonales

La reciente implantación de centros culturales y programas de lectura en parques zonales de San Juan de Lurigancho, Villa el Salvador y el Rímac está transformando poco a poco las modalidades de acceso a la cultura en nuestra ciudad.

Publicado: 2014-05-11

Desde hace poco más de año y medio, tres de los ocho parques zonales de Lima (Huiracocha en San Juan de Lurigancho, Huáscar en Villa el Salvador y Cápac Yupanqui en el Rímac) cuentan con un sistema de bibliotecas públicas. Estas bibliotecas se encuentran dentro de los centros culturales que se han construido en esos parques como parte del programa CREALima. Uno de los objetivos de la actual gestión municipal es implementar en todos los parques zonales estos centros culturales y que las bibliotecas generen una red. 

Sin embargo, no solo se trata de haber construido una buena infraestructura. Quienes dirigen y ejecutan el programa de CREALima, en sus distintos niveles, son conscientes de la necesidad de promover el hábito de la lectura, el derecho al libro, así como la democratización de los espacios culturales. En el caso de las bibliotecas, no se trata solo de que las estanterías estén abiertas;  es decir que, si bien libros se encuentran clasificados por temas, uno mismo puede aproximarse al material que desea leer. No hay que pasar por un control estricto como sucede en la mayoría de bibliotecas, algo que desalienta el interés pues la gente siente al libro como un objeto lejano y ajeno. Por ello, implementan distintas estrategias para acercar a la gente. Por ejemplo, se realizó una actividad tomando el ejemplo de los libros cartoneros, de tal modo que los jóvenes construían su propio libro. Como señala Carlos Tolentino, Jefe de la Biblioteca de CREAHuáscar, los chicos hicieron suyo el libro en varios niveles. “De alguna forma, esta propuesta los acerca a considerar divertido al libro y al mismo tiempo quererlo, porque es algo de ellos”.

El abastecimiento de libros se da a partir de la Red de Bibliotecas Municipales. Además, cuentan alianzas con la Biblioteca Nacional, y se intenta motivar a la gente a que done libros de lectura —que no sean de texto—. Rosa Valencia, Coordinadora de los Centros Culturales CREALima, nos comenta que “Al inicio hubo un capital de impulso, pero ahora nos manejamos a partir de donaciones”. Asimismo, dentro de las alianzas estratégicas han establecido una con la Derrama Magisterial para llevar a cabo la actividad “Cuentazo” (maratón de la lectura de un modo creativo) la tercera semana de cada mes. Esta actividad se coordina con la Casa de la Literatura Peruana, con Lima Lee y con la Biblioteca Municipal, por lo que es un esfuerzo en conjunto que busca crear un impacto en la comunidad.

Quienes trabajan en las bibliotecas son personas que provienen de distintas carreras. Además, se procura contratar gente de la zona, de tal modo que la sociedad más inmediata se beneficie con el trabajo que generan los parques y, en consecuencia, las bibliotecas constituyen un soporte más para que sus visitantes se sientan identificados. La mayoría de trabajadores responde a un perfil de animadores culturales y se busca que sean creativos para que ayuden a realizar las distintas estrategias y metodologías. Asimismo, el trabajo de la promoción de la lectura se procura coordinarlo con artistas de la zona, pero se pide el apoyo de literatos, bibliotecólogos, comunicadores, entre otros. Ellos aportan con sus ideas para implementar, desde sus capacidades y de acuerdo a las exigencias, las estrategias que consideren adecuadas para cada actividad. La metodología que se aplica se afina de acuerdo a la retroalimentación que se obtiene en cada evento.  

Miembros del equipo de CREAHuiracocha de San Juan de Lurigancho

Como nos señala César Ramos Aldana, Jefe de CREAHuiracocha, los centros culturales buscan reflejar la historia de cada localidad y adaptar su funcionalidad a las características de las personas. Por ejemplo, su misión es tratar de aprovechar el valor cultural que las narraciones orales tienen para una población de origen mayoritariamente andino para acercar a la gente a la palabra escrita, pues ambas formas no son exclusivas, sino complementarias. Se trata de darles otra herramienta más.

Dentro de las dinámicas que se aplican para crear un vínculo cercano, en el caso de los niños, se encuentra “Pinta tu cuento”. Una vez que haya terminado de leer o de escuchar un cuento se les agrupa para que pinten en cartulinas o papelógrafos las sensaciones que les provocó la historia. Esta dinámica, además de darles a los niños un sentido lúdico y liberador, ayuda a los responsables de las actividades a visualizar una cartografía de las emociones de los niños y a identificarlas, de tal modo que las implementan en futuras estrategias. Asimismo, en el caso de los niños más pequeños, se les representan los cuentos mediante espectáculos de títeres o de artes plásticas o escénicas para que logren captar lo esencial de la historia.  La idea es que las actividades direccionadas alienten a los chicos en sus descubrimientos. “Estas bibliotecas son un espacio en el que no se da ninguna evaluación, como se suele hacer en los colegios. En ningún momento se busca provocar una situación de estrés. El logro es la satisfacción que ellos obtienen en la lectura que les brindan los libros. Además, gracias a todas las actividades ha comenzado a producirse un cambio en el concepto del libro como objeto, la gente lo valora”,  nos señala César Ramos.

Como se desea que las bibliotecas se involucren con su sociedad inmediata, el programa CREALima va en busca de las instituciones, sobre todo de los colegios estatales, que en el caso de San Juan de Lurigancho son aproximadamente quinientos. Esta es una forma inteligente de atraer a la gente, pues, por un lado, los niños descubren un espacio limpio, seguro y en el que se les propondrán distintas actividades lúdicas con un fin cultural. Además, como muchas veces no van solo acompañados por sus profesores, sino por algunos padres, estos ven y disfrutan de la grata experiencia de sus hijos. Por otro, los padres que asisten no solo descubren ese espacio para sus hijos, sino para ellos. Además, como es una experiencia positiva seguramente la comentarán con sus vecinos para que también se beneficien de ese lugar.  

Por lo general, se dispone de las mañanas para que los colegios asistan a conocer los centros culturales con niños menores. Para ellos se tiene un recorrido establecido: comienzan con la ludoteca, luego pasan al museo donde se les habla de la historia de su localidad para que la valoren, y finalmente van a la biblioteca. Por la tarde, asisten adultos y adolescentes quienes han convertido el espacio de los centros culturales en suyo.  En ambos casos, la finalidad es que aprecien su entorno y forjen su identidad con un sentido positivo dentro de una sociedad tan fragmentada como la peruana. En el caso de SJL que es un distrito compuesto por muchos migrantes, el tema de la migración y de la identidad se trabaja mucho para que la gente entienda los procesos culturales que se dan: por qué las familias de este distrito no posee las características de las clases medias establecidas, por qué se da la presencia tutelar de la abuela, la amplia composición numérica que responde a un sentido comunitario, y el significado de los logros a través de su esfuerzo. Se desea que las historias de migración sean contadas por sus protagonistas para que se apropien del discurso, porque esta historia es contada desde fuera. El fin es impulsar una narrativa desde sus experiencias.

Por otra parte, uno de los objetivos de las bibliotecas es establecer un sistema de préstamos de libros. “Pero es un proceso. Primero tenemos que coordinar los catálogos de las bibliotecas para que la gente sepa en cuál de los locales está el libro que desean. Además, una vez que se ha prestado el libro ya se establece otro vínculo con la gente”, observa Rosa Valencia. La posibilidad de sacar un objeto que implica un beneficio es una responsabilidad, pues la gente debe entender que conservarlo en buen estado es muy importante. Además, el efecto no es solo con el libro, sino el valor que la gente le da a las demás cosas de su vida, por lo que es una forma de crear conciencia sobre el bienestar del entorno y de generar respeto y solidaridad.

Las características físicas de los centros culturales, de los que las bibliotecas son parte, si bien cuentan con infraestructuras similares, responden a las necesidades. Para ello, se lleva a cabo una consulta a los vecinos del distrito donde se encuentre cada parque. De tal modo, que se puedan atender sus necesidades y reflejar sus expectativas que estos centros culturales intentarán cubrir. Por ejemplo, en el caso del Huáscar, como nos comenta Carlos Tolentino, las aulas interactivas están dispuestas de tal modo que vistas desde cierta altura el conjunto adquiere la forma de una flor. El motivo para que se haya optado por ese diseño es la historia de Villa el Salvador, que es un distrito que desde su fundación se encuentra identificado con el tema medioambiental. Cada pétalo, como se le llama a las aulas, está relacionado con distintas temáticas: energía, reciclaje, agua, entre otros. Cabe señalar que no todas las áreas están acondicionadas para personas con discapacidad; sin embargo, están en proceso de implementación pues  lo consideran un tema prioritario.

Además, el espacio de los centros culturales se destina para otras actividades, como ciclos de cine, talleres de música con invitados, conferencias, etc. Asimismo, en el caso del parque Huirachocha este ha sido sede de distintos festivales como el FIPLima 2013, el Festival de la Danza, Festival de Teatro Nacional, entre otros.

Sin duda, la tarea es ardua en una sociedad como la peruana que considera al libro como un objeto secundario y que identifica la cultura como ocio. No solo se trata de superar la deficiencia de lectura tan presente en el Perú; los beneficios de leer, sin importar la temática, no solo ayudan al desarrollo intelectual, sino a poder desenvolvernos de un modo más ingenioso ante problemas que a diario se presentan. En un mundo como el de hoy donde la información circula a una alta velocidad y en el que son tantos los discursos, leer es sí o sí una de las herramientas fundamentales para poder forjarnos un futuro mejor y decidir por uno mismo.


Escrito por

José Agustín Haya de la Torre

Curioso y fragmentario.


Publicado en

Redacción mulera

Aquí se publican las noticias del equipo de redacción de @lamula, que también se encarga de difundir las mejores notas de la comunidad.