Imagina una ciudad que sólo existe durante 7 días al año, donde el único requisito es ser tú mismo por encima de los cánones sociales y dejando atrás lo políticamente correcto. 

Ese lugar existe. Se llama Black Rock City y está literalmente en medio de la nada, en el desierto Black Rock de Nevada en EEUU. Aunque la idea es celebrar el festival Burning Man, el lugar se transforma en un experimento radical de libertad absoluta en comunidad. El año pasado su población superó los 60.000 habitantes y se crearon desde servicios sanitarios hasta tiendas, restaurantes y diferentes barrios.

A pesar de ser una ciudad efímera y pasajera, lleva construyéndose desde hace más de un cuarto de siglo. Su objetivo: centrarse en la libertad sin límites mediante la autoexpresión artística en todas sus facetas. Sus habitantes utilizan el desierto como un lienzo en el que crean obras artísticas radicales, con espectaculares esculturas, campamentos temáticos, disfraces y performances, enfocados en un tema general como el tiempo o la fertilidad.

Eso sí, hay unas normas mínimas de convivencia que los organizadores resumen en 10 principios básicos. Entre ellos destaca su compromiso con no dejar rastro ecológico, no comerciar y fomentar “la energía colectiva” del evento. Además, en el festival no se utiliza dinero y tampoco hay patrocinadores ni anunciantes. La intención es llegar a ser una comunidad autogestiva por unos días, donde todos llevan comida, agua, y todo lo necesario para subsistir, compartiendo.

Aquí les dejo algunas fotografías de la peculiar ciudad:

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