Ha fallecido nuestra soprano Siwar Q’ente. A lo largo de seis décadas, su existencia estuvo comprometida con la revaloración de la cultura andina a través del canto lírico. Ahora, su canto, como un picaflor, vuela; su voz seguirá atravesando tiempos, distancias, indiferencias.  

El color del canto

Una vez más, los poderosos medios locales que se asumen nacionales por centralismo, nos privan de la riqueza de nuestra música andina, rica en diversidad, en matices y hasta en lenguas; si géneros popularmente practicados son ignorados por los medios sumándonos en el desconocimiento, qué diremos de la nula difusión del canto lírico andino.

Irónicamente, si hay un género musical cultivado en el país desde mediados del siglo pasado -de muy alto nivel y a pesar de ello escasamente difundido-es el canto lírico andino, femenino, para más señas. Se tiende a pensar en la pionera Yma Súmac como en una leyenda del pasado pero su influencia llega hasta nuestros días.

El género goza de cultoras actuales relevantes que reconocen no sólo el legado de Ymac Súmac sino también de otras estelares representantes como Wara Wara, Intiq Ñusta o de la misma Siwar Q’ente. Allí están Sylvia Falcón, Lilian Cornelio (Hatun Killa) y Gloria Ramos; las dos primeras han estrenado este año buenos discos. Las tres se presentaron con Siwar Q’ente.

Ana Condori Sulca

Ana Condori Sulca, Siwar Q’ente, nació en Huaycahuacho, provincia de Lucanas, región Ayacucho. Desde pequeña destacó por su singular timbre de voz; por su capacidad para interpretar pasajes rápidos y ornamentados, el músico cusqueño Luis Durand Rodríguez la bautizó con el seudónimo de Siwar Q’ente, que en quechua significa Picaflor de Colores.  

Siwar Q’ente desarrolló un notable talento en el canto de coloratura, ello se puede comprobar pues grabó algunos discos para disqueras nacionales como Sono Radio o Virrey. Junto a Luis Durand, gran maestro quenista, integró el conjunto Sol del Perú, con el cual grabó producciones discográficas como “Machu Picchu y sus cantares” y “Canto de Sol”.

Sus discos le dieron presencia popular. Dio conciertos en muchísimos escenarios del país, desde los concurridos coliseos hasta los hoteles más exclusivos. En cada una de sus presentaciones, llamaba la atención con sus atuendos vinculados a la milenaria tradición andina y a la cultura Inca.

Siwar Q’ente recibió algunos reconocimientos en vida. En el 2011, se le otorgó la medalla José María Arguedas, en el 2013, el Ministerio de Cultura la reconoció como “Personalidad meritoria de la cultura” en mérito a su destaca labor en la difusión del patrimonio cultural inmaterial, por mantener vigente la lírica andina, contribuir a dar a conocer y difundir en el Perú y fuera de él esta expresión que forma parte de la identidad peruana.

Siwar Q’ente

“¡Yo vivo el ande, yo siento los sufrimientos, yo siento las alegrías de lo que es nuestro Perú! Creo que no hay palabras como explicar el sentimiento que me invade, cuando canto y el público se pone de pie... ya no soy yo sino es otra persona...”. Son sus palabras. Nada más acertado para expresar su valioso aporte.  

“A pesar de la clara influencia de las corrientes musicales clásicas de occidente, la gestación de este género [el canto lírico] debe ligarse estrechamente a nuestra propia tradición lírica, encarnada por las voces de alta frecuencia del espacio andino. Un estudio a parte acarrearía esta reflexión, pues las comunidades andinas poseen una herencia musical indesligable de toda actividad diaria y todo ritual” ha escrito en un ensayo la destacada cantante lírica Sylvia Falcón, como interpretando lo expresado por Siwar Q’ente.

“¿Para qué te habré querido tanto? / ¿Para qué te habré amado tanto? / Para terminar llorando en estos momentos…” cantabas Siwar Q’ente, ahora tu cuerpo maltratado por el tiempo y la enfermedad ya descansa en paz pero tu voz, tu linda voz, jamás se descansará pues ya no es tuya… ya es del Universo.