Para Gilles Deleuze la pintura de Bacon es un diálogo con el cuerpo, una obra que se comunica corporalmente y nos afecta a un nivel sensible antes que racional. Esto se debe a que en la obra de Bacon se configura una estética de la carne: colores que recuerdan los órganos, texturas como pieles manchadas. Asimismo, estas pinturas nos muestran una red donde los elementos se mezclan, una interconexión violenta y visceral.  

Asi, cuando Bacon se apropió de su admirado de Velázquez (por ejemplo en el famoso estudio del Papa Inocencio X), lo despojo de todo equilibrio y lo transformó en una muestra de clímax y paroxismo. Eswto está acorde con su concepción de la vida que se crea y autodestruye: su Inocencio X nace a partir de la destrucción de de Velázquez, mostrándonoslo en sus aspectos más inquietantes. No en vano  una aturdida Margaret Thatcher dirá que Bacon hacía "horribles pinturas". 

Son claves así de su arte lo hórrido en su apogeo y la deformación de la realidad. ¿Qué se busca con esto? Hablar al cuerpo en su caos material y salvaje; encarnar los adentros convulsionados. Si el matarife exhibe la carne, Bacon exhibe un alma corporal contrahecha. No hay nada de abstracto en él y es por esto que su cuadros "afectan", se comunican directamente con la carnalidad. 

Volviendo a Deleuze, él en n su Lógica de la sensación afirmaba que Bacon nos alejaba de todo arte realista e incluso figurativo. En este sentido lo que vemos son convulsiones, puntos de fuga de una imagen armoniosa del cuerpo, pedazos de carne del alma, y como tales, amorfos. Así, el gran logro de Bacon fue carnalizar el alma en su oscuro paroxismo, como un traductor de las convulsiones del cuerpo. 

Pintura

Cabeza rodeada de carne de vaca (1954)

Retrato de George Dyer hablando

Retrato de George Dyer manejando bicicleta

Autorretrato

Estudio según el retrato del Papa Inocencio X por Velázquez

Tres estudios para figuras en la base de una crucifixión (I)

Tres estudios para figuras en la base de una crucifixión (II) 

Tres estudios para figuras en la base de una crucifixión (III)

Retrato de Henrietta Moraes