#ElPerúQueQueremos

Para Clara Elvira Ospina, siempre es tiempo de leer

"Me he convencido de que quienes leen ficción tienen más capacidad de empatía", dice la conductora de uno de los pocos espacios dedicados al libro en la TV peruana. 

Publicado: 2014-04-27
A través de su programa "Tiempo de Leer", Clara Elvira Ospina lleva a cabo una importante labor de divulgación y fomento a la lectura desde la señal de Canal N. Apropósito de que esta semana se celebró el Día del idioma y del Libro, y de que en unos días la delegación peruana parte a Colombia para asistir a la Feria del Libro de Bogotá, La Mula entrevistó a esta “lectora apasionada”, como ella misma se ha definido.

Eres hija de periodista. ¿Es una coincidencia que también siguieras los pasos de tu padre?
Yo creo que los buenos periodistas nacen. No estoy diciendo que yo lo sea, pero mi padre sí. Yo viví con tanta pasión su trabajo y vi cuán fascinante era o que él hacía, que yo creo que hay mucho de admiración hacia él en mi vocación pero desde luego que algo debo tener en la sangre, esa curiosidad permanente te tienen los periodistas, yo creo que eso es un sello de mi personalidad.
Entre otras cosas, has sido la primera mujer en dirigir el noticiero de RCN.

Entré en la génesis de RCN, unos meses antes de que saliera al aire, como reportera. Allí hice toda mi carrera, de reportera pasé a ser encargada de reportajes especiales, luego reportajes en vivo, de allí pasé a jefa de admisión de emisión del noticiero del mediodía, jefa de emisión de los dos noticieros de la noche, que eran los estelares, después fui subdirectora y así llegué a ser directora. Entonces, buena parte de mi historia está en RCN, obviamente no fue gratuito el ser directora. El periodismo tiene a muchas mujeres haciéndolo, ahora que no hay tantas mujeres dirigiendo porque el periodismo es un reflejo del mundo y en este muchas mujeres se encuentran en cargos medios pero aún falta que muchas mujeres asuman el mando y responsabilidades grandes.

Es allí donde nace Tiempo de leer.
Yo empecé Tiempo de leer siendo subdirectora. Empecé cubriendo una Feria del Libro [en Bogotá], me pareció interesante y hubo buenos comentarios. Es decir que salió relativamente bien y decidí hacer lo posible para darle un espacio a los libros y me tocó “chocolatearlos”, como decimos allá, porque, evidentemente, la gente no tiene la mejor disposición de encontrar información sobre libros en un noticiero bastante clásico de un canal abierto. Entonces, tras el primer viernes, el rating se cayó en ese punto y le dijeron a mi jefe que había que levantar el microprograma ya. Entonces yo insistí en que debíamos continuar. Teníamos una secciones sobre curiosidades del deporte que era un éxito y lo que hice fue “obligar” a la gente a ver Tiempo de leer antes del programa deportivo y poco a poco fuimos ganándonos un lugar.
Tiempo de leer, versión Perú, tiene un enfoque de difusión no especializada, básicamente se centra en la divulgación, hacer de la lectura un pasatiempo casi lúdico, de disfrute. ¿Crees que este es un enfoque que se debería tener en cuenta en las instituciones educativas, en que leer supone un trabajo, una tarea y obligación?
Creo que hay una equivocación cuando se plantea que los niños tienen que leer ciertos libros y no otros, y por alguna razón siempre los libros escogidos en el colegio suelen ser tediosos. Allí hay un problema porque a pesar de que la mayoría de esos libros son magníficos, estos requieren cierto nivel que uno adquiere con los años y esas primeras experiencias deberían estar asociadas al disfrute del libro, a generar una empatía entre el lector y ese objeto maravilloso que hace tenga la posibilidad de vivir mil vidas. Creo que es importante que exista una posibilidad de que los chicos elijan qué leer sin el pavor a abandonar ciertas lecturas que no terminan de capturarlos.
Esto ya lo contestaste implícitamente, pero, ¿por qué es importante leer?
Yo creo que quien lee amuebla el cerebro. Me he convencido de que quienes leen ficción tienen más capacidad de empatía, como leí en un artículo el otro día, porque pueden compenetrarse con realidades diferentes, con personas diferentes, pueden entender otras situaciones distintas a la suya; entonces, nada más por eso, confirmamos que leer nos hace mejores personas y adicionalmente la lectura le quita tiempo a los malos pensamientos, o simplemente a la procastinación sin sentido.
La literatura no cambia sociedades pero cambia vidas…
Un ejemplo claro es el de García Márquez, quien solo tuvo que leer la primera línea de la Metamorfosis de Kafka para decidir que allí estaba su camino, que eso era lo suyo.
¿Libro físico o digital?
Por más que sean invasivos me quedo con el libro físico, a pesar de todo lo que implica como el costo, peso, el polvo que cargan, su fragilidad incluso… Sin embargo vuelves al libro, lo tomas de tu biblioteca y lo abres y encuentras una anotación con lápiz que te lleva a una cita y dices: ¡Claro!, qué libro para maravilloso. Eso no se puede hacer, no de ese modo al menos, con el libro digital.
Antes de llegar a Perú, ¿cuál era tu percepción de la literatura peruana? ¿La conocías, más allá de Vallejo o Vargas Llosa? Lo pregunto porque pareciera que es más difícil que los latinoamericanos conozcan lo que hacen otros latinoamericanos que lo que se hace en EE. UU. o en Europa. Y antes que lo que “se hace”, lo que se “hizo”.
Creo que ha habido una balcanización de la literatura latinoamericana. Hace unos años Ecuador fue país invitado de honor a la Feria del Libro de Bogotá (Filbo) y cuando los organizadores se sentaron a contarme quiénes venían yo no había leído sino a una sola escritora. Lo peor de todo es que no había libros de esos autores en Colombia. Con Perú no pasa eso, no en esos niveles al menos. Yo conocía de Perú a Vargas Llosa, todo o casi todo. Confieso que poco de Vallejo. Santiago Roncagliolo. Daniel Alarcón. Alfredo Bryce, no todo. Y poco más. Me imagino que es lo que se puede encontrar afuera. Pero, por ejemplo, no había leído a Diego Trelles o a Jorge Eduardo Benavides. No había leído a muchos de estos autores que son muy buenos y reconocidos sobre todo localmente.
A propósito de los autores que sí se conocen, ahora desde Perú: ¿Álvaro Mutis?
Yo nunca fui mutisiana. Me gustaba su poesía pero no soy de la religión Álvaro Mutis.
¿Juan Manuel Roca?

Sí, es súper colombiano. Sentí eso cuando lo entrevisté, que hablamos en colombiano. Es maravilloso y tierno, su poesía es tierna.

Álvaro Mutis y Garbriel García márquez

¿Encuentras algunas semejanzas de tópicos o de otra índole entre lo que se hace en Colombia post Boom y lo que se hace en Perú?
Creo que la similitud entre Perú, Colombia, Argentina y México es un intento por ser libres. Pues, tras el boom, yo pienso: “¿Cómo hago para parecerme a ellos?” Y luego, casi inmediatamente, se genera la otra pregunta: “¿Cómo hago para no parecerme a ellos?”. Y entonces surge lo que fue el ejemplo McOndo de Fugget, pero creo que ya están liberados…
Ya alguien más, claro, hizo el trabajo de matar al padre y los de ahora pueden ver en los autores del boom a abuelos queridos
Claro. Pueden hablar, como Jorge Franco, con emoción de que recibieron un abrazo de Gabo, quien leyó su libro y le gustó. Y claro, es hermoso, pero ni Jorge Franco ni los escritores de su generación quieren ser Gabo. Eso ya no ocurre. Esa liberación es un elemento común. Y por otro lado, sin que todos sean iguales, creo que hay una huella del dolor del país en las novelas de esta gran oleada de escritores, sobre todo los de Colombia y Perú. Esta dosis de realidades relativamente similares es una constante en los escritores actuales.
A propósito del Boom, hace unos pocos días nos dejó Gabriel García Márquez, las muestras de afecto han sido impresionantes. ¿Cómo sientes esta pérdida?
Es un dolor diferente. Y es que Gabo estaba retirado. Creo que hubiera sido diferente el golpe de haber seguido siendo un actor permanente, como lo es Vargas Llosa, por ejemplo. Es decir, era un golpe esperado, pero fue uno hasta cierto punto dulce, porque murió en “aroma de amor”, como dicen sus cercanos y porque ya había hecho lo que tenía que hacer, ya había transformado nuestra Historia, ya le había mostrado América Latina al mundo.
¿Qué libro de GGM elegirías sin contar "Cien años de soledad"?
El coronel no tiene quien le escriba. Aunque la primera novela de Gabo que leí fue Los funerales de la mamá grande a los once años. Esa novela produjo una fascinación en mí porque no me imaginaba que pudiera existir algo así. Creo que con esa primera novela de Gabo entendí lo que significa viajar cuando lees, transportarte… ¡todavía puedo imaginarme la casa!
Junto a tu espacio han vuelto a abrirse otros de la misma línea, como Letra de Fuego que conduce Raúl Tola. Los dos programas se transmiten por una señal de cable, ¿crees que llegue un momento en que estos programas puedan ser vistos en señal abierta?
Yo creo que tiene que ser así, que ese es el proceso natural. En realidad espero que sea así.
Perú es el invitado de honor en la Filbo, ¿qué expectativas se tiene en Colombia?

La Feria del Libro tiene una gran acogida. Hay gente que viaja exclusivamente para la feria, es una ventana maravillosa para los escritores peruanos, a quienes desde luego conocemos y esperamos con los brazos abiertos.

Lee también en La Mula:

¿Boom editorial peruano? Sí, pero no demasiado

"Este es el momento de evaluar la Ley del Libro"

"Este es el momento del libro digital"


Escrito por

Víctor Ruiz Velazco

Autor total


Publicado en

Redacción mulera

Aquí se publican las noticias del equipo de redacción de @lamula, que también se encarga de difundir las mejores notas de la comunidad.