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“Este es el momento de revisar la Ley del libro y evaluar qué funcionó y qué no”

La Mula conversó con Pedro Villa, director de la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura, sobre la Ley del Libro que empieza a caducar este año y los nuevos retos que su dirección se ha impuesto.

Publicado: 2014-04-27
Pedro Villa proviene de las canteras de editores que comenzaron sus proyectos a mediados del año 2000, en lo que se dio a conocer como la eclosión de editoriales independientes peruanas. Fue miembro activo de la Alianza Peruana de Editores (ALPE), que en un momento logró reunir a más de veinte sellos editoriales y fue socia de la Alianza Internacional de Editores. Ahora está al mando de la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura y ya ha empezado a cambiarle la cara a ese organismo.

Tu dirección es en buena medida lo que antes fue Promolibro. Se asoció mucho el tema de Promolibro a la implementación de módulos de lectura, pero tengo entendido que ahora el Ministerio está mucho más comprometido con el fomento del sector editorial…

Si bien la Dirección del Libro y la Lectura fue creada en base a la Coordinación de Fomento de la Lectura, la cual a su vez heredó el trabajo de Promolibro, va más allá de eso. Recoge todas las funciones que la Ley N°28086 establecía para el Consejo de Democratización del Libro y la Lectura – Promolibro. En esta línea, estamos conservando el nombre de Promolibro para la actividad de fomento de la lectura en la comunidad, con una red de 1500 puntos de lectura a nivel nacional gestionados por instituciones educativas, gobiernos locales y comunidad organizada. Se está haciendo una revisión de lo trabajado para establecer procedimientos e indicadores que puedan hacer de esta una actividad sostenible.

Por otro lado, en el tema de producción y circulación del libro, se están desarrollando acciones desde un punto de vista integral tomando en cuenta todos los componentes de la cadena productiva del libro. Específicamente, para el sector editorial, se están planificando talleres y seminarios de fortalecimiento de capacidades, el desarrollo de un catálogo nacional de publicaciones junto a CERLALC, la evaluación de mecanismos para impulsar el sector, entre otras cosas.

Me comentaron que habían tratado de hacer una base de datos de editoriales independientes. ¿Cuáles fueron los criterios para agruparlos? ¿Básicamente se trataba de editoriales que fueran formales?

El año pasado hicimos un mapeo inicial de editoriales independientes a nivel nacional, básicamente para tener una primera base de datos a partir de la cual generar canales de comunicación con el sector. Pudimos ubicar alrededor de 52 editoriales independientes que publicaron en 2012, tomando como criterios mínimo su formalidad, tanto empresarial como en el desarrollo del proyecto editorial.  

Este año, con motivo de la convocatoria a editoriales para FILBO, hemos recabado algunos datos que procesaremos durante los próximos meses. Sin embargo nos encontramos con varias editoriales jóvenes que, por no tener formalidad en la publicación de sus títulos: ISBN, Depósito legal o código de barras; no pudieron ser enviadas a Bogotá. Es por este motivo que el primer taller que tenemos programado para editoriales será el de formalización y derechos de autor.

De todas maneras, este año empezaremos con un registro formal de editoriales, de actualización permanente, que nos permita tener una visión panorámica y a la vez pueda servir para visibilizar las iniciativas en el sector.

La ley del libro no alcanza en sus beneficios a la mayoría de editoriales pequeñas, por esa razón la formalización no les representa algún interés. ¿Se ha pensado modificar algunos puntos de la reglamentación de la Ley, como el monto de IGV mínimo para poder acceder a la devolución de ese impuesto, para incentivar a las editoriales a formalizarse?
Los mecanismos y beneficios de la Ley del Libro empiezan a caducar este año. Es el momento para darle una revisión a la ley y evaluar qué funcionó y qué no. Estamos por empezar un estudio del impacto económico de la ley que pueda darnos una línea de base para, con cifras, poder plantear modificaciones al respecto.
Muchos grupos económicos vieron en la Ley del Libro la posibilidad de invertir sin riesgos y esto produjo una suerte de boom de distribuidoras, sobre todo porque la promulgación de la ley coincidió con la crisis en España. Al final el mercado del libro peruano se ha convertido en un gran mercado de saldos literarios de España, algo que les reditúa a las grandes distribuidoras pero que no beneficia en nada al sector productivo local...
Allí hay un tema que revisar con cuidado. Por un lado tenemos este desequilibrio entre la importación de saldos de España, que aprovechan la exoneración de impuestos planteados por la ley del libro, y la producción local; y por otro lado tenemos el concepto internacional de la libre circulación de libros.
¿Se ha pensado en convocar a estos pequeños editores para que formen parte de las mesas de discusión sobre la nueva ley del libro?
Ya se les ha convocado en los dos últimos años en los cuales se ha recogido la opinión de los diversos componentes de la cadena productiva del libro. Y se les seguirá convocando este año para formar parte de un grupo de trabajo para ver el tema.
Ya se les ha convocado en los dos últimos años en los cuales se ha recogido la opinión de los diversos componentes de la cadena productiva del libro. Y se les seguirá convocando este año para formar parte de un grupo de trabajo para ver el tema.
Ya se les ha convocado en los dos últimos años en los cuales se ha recogido la opinión de los diversos componentes de la cadena productiva del libro. Y se les seguirá convocando este año para formar parte de un grupo de trabajo para ver el tema.
Hay una manera de tener un cuadro comparativo de las publicaciones hechas en Perú antes y después de la Ley del libro. A quién, en el sector productivo, la Ley ha beneficiado según los registros de ISBN o, si no beneficiado, cuál es el sector que ha crecido más, el de editores independientes, libros comerciales, etc…
Como mencionaba anteriormente, no existen datos al respecto y nos encontramos en proceso de estudio para obtener cifras con las cuales trabajar. Pero puedo mencionar un dato que refleja el panorama del sector editorial: durante el 2012, 286 editoriales comerciales registraron libros en el ISBN. Al referirme a editoriales comerciales, descarto los fondos universitarios, los de entidades públicas, las editoriales de ONG o los libros de editor-autor. De estas 286 editoriales comerciales, 207 publicaron ese año de 10 títulos o menos. Este dato muestra que existe una base muy amplia de pequeñas y medianas editoriales que, si queremos convertir al sector en una verdadera industria editorial, necesita ser fortalecido.
La Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (que cumple las funciones que antes llevaba a cabo el CONACINE) ha recibido siete millones y medio de soles para sus concursos de cine. ¿En algún momento desde la Dirección del Libro se pondrá énfasis en la necesidad de crear fondos concursables o tipos de subsidios para la publicación de libros, o implementar una política de adquisición de libros en la que se cuente con libros de editoriales independientes?

El año pasado una modificatoria a la Ley del Libro aprobada por el Congreso ha posibilitado el acceso al Fondolibro. Este estaría destinado en parte a la compra de libros. Por otro lado, es importante crear mecanismos transparentes de compra de libros. Desde la Dirección del Libro y la Lectura, como un primer paso, hemos trabajado un proceso de selección para obtener una lista de títulos recomendados para las actividades de fomento de la lectura que se realizan con Promolibro. La convocatoria para este proceso de selección se abrirá este año.  

Por otro lado es importante llamar la atención a los gobiernos locales de la necesidad de implementar bibliotecas, la cual debe incluir la compra de libros y una renovación periódica de su colección. En ese sentido estamos trabajando un proyecto para brindar asesoría a gobiernos locales con el objetivo de que cuenten con planes a mediano y largo plazo destinados al fomento del libro y la lectura que puedan servir de marco legal.

Y en cuanto al libro digital en Perú. ¿Ha habido alguna evolución?

En el tema del libro digital, estamos rezagados con respecto a otros países de la región. Hay cierto temor aún en las editoriales a lanzarse a producir contenidos en formato digital. Sin embargo, han salido algunas primeras iniciativas tanto de publicaciones electrónicas como proveedores de servicios digitales para editoriales tradicionales.  

El año pasado realizamos un seminario sobre el libro digital, el cual repetiremos este año con el fin de dar información y herramientas para que las editoriales puedan explorar y ver a la edición digital como una oportunidad.

Para terminar, Perú es el invitado de la Feria del Libro de Bogotá y el Ministerio está llevando la producción de varias editoriales peruanas, pero la muestra no se restringe al tema del libro sino a otras manifestaciones de la cultura viva del Perú, cuéntanos

Cuando el Perú acepta la invitación de FILBO a ser País Invitado de Honor el 2014, se compromete a una serie de requerimientos exigidos por los organizadores de la feria. Estos eran llevar una comitiva de al menos 20 escritores y 10 especialistas en temas no literarios; llevar por lo menos 3 espectáculos teatrales o musicales de mediano y gran formato; llevar una muestra gastronómica; presentar una muestra cinematográfica, entre otras. El Ministerio de Cultura, como organizador de la participación de Perú en FILBO, no solo ha cumplido con estas exigencias para poder así alcanzar los altos estándares dejados por los países invitados en anteriores ediciones de la FILBO, sino que, creemos, sobrepasará las expectativas que se tienen al respecto.  

El Perú llegará a mostrar con amplitud la diversidad de sus expresiones creativas. Y claro, en medio de todo esto, se le ha dado la mayor importancia a la literatura y el libro peruano. Se está llevando una comitiva que incluye 40 escritores y 20 especialistas entre los que hay investigadores, artistas, críticos y chefs. Para la librería, ubicada en la zona central del pabellón, se están llevando más de 18,000 libros de 80 editoriales peruanas, entre las que se cuentan 22 editoriales independientes. Y se desarrollarán cerca de 300 actividades culturales y literarias que no solo ocurrirán en Corferias, sede de FILBO, sino que se llevarán a cabo en otros espacios de la ciudad de Bogotá.

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Escrito por

Víctor Ruiz Velazco

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Publicado en

Redacción mulera

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