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La egolatría de Alan García en 8 lecciones

En entrevista a la revista Caretas, el investigado expresidente se muestra como un "predestinado".

Publicado: 2014-04-25

Si una persona se profesa culto y veneración a sí misma, podemos decir que es un ególatra. Este puede ser el caso del expresidente Alan García, quien fue investigado por la Megacomisión por presuntos delitos de corrupción cometidos en su último gobierno.

En una reciente entrevista a la revista Caretas, García Pérez no se detiene y se "echa flores" a sí mismo una y otra vez. Llega al punto de denominarse un "predestinado" y se jacta de haber reconciliado al APRA con El Comercio y de haber llevado al triunfo a su partido.

1.- “El conde Keyserling escribió Meditaciones Sudamericanas hace 60 años y habló de la tristeza optimista del pueblo peruano. Somos una alternativa contradictoria de optimismos y entusiasmos súbitos de desconfianzas y tristezas alternadas”.

Aparte del pensamiento del “perro del hortelano” detrás de esta frase, nos surge una pregunta: ¿por qué Alan se empeñó en citar a un filósofo tan olvidado como el alemán Hermann Keyserling? Alardear de sus lecturas es básico en Alan García. Sobre “el conde”, recomendamos leer este post para obtener propias conclusiones.

2.- “Ahora, desde que soy dirigente del partido no he forzado alianzas con dictadores ni con quien haya dañado profundamente al APRA [...] Con El Comercio fue un gravísimo error del APRA atacar el concepto de la prensa [...] Entre los años 2000 y 2010 me tocó normalizar esas relaciones.

Le preguntaron sobre el partido y García responde por sus acciones. Se auto-atribuye, y lo hace como logro, haberse reconciliado con el diario más poderoso del Perú.

3.- “Si hubiera ocurrido que se trata con respeto al exgobernante, como hice yo con Belaunde, dándole su lugar y mencionando sus obras, todo hubiera ido bien [...] Eso no se hace con un Presidente. Pero ha venido una gentuza de bajo nivel a canibalizar de nuevo la política”.

García se victimiza y acusa a sus supuestos atacantes. No acepta investigación alguna y se muestra como ejemplo de “respetuoso de un exgobernante”.

4.- “Hay un espectáculo que gusta desde la Roma de los gladiadores, que es ver la pelea. Cuando el Poder Judicial dice, dejen de hacer esta persecución a Alan García, la gente dice qué mal que lo suelten porque queríamos que lo flagelen un poco más. Porque al que ha tenido mucho poder y parece predestinado hay que verlo golpeado y humildemente arrodillado. Eso causa cierto placer. No me importa porque eso se compensa luego.

Otra vez, García se muestra como víctima. En primer lugar, interpreta de manera particular las resoluciones del PJ afirmando que señalaron que dejen de perseguirlo cuando en realidad lo que se ordenó fue que se diga de manera explícita en calidad de qué era citado a la Megacomisión. En segundo lugar, se autodenomina un “predestinado”. Él es el “elegido” para gobernar el Perú. Su última frase parece amenazante.

5.- “Yo tengo buen corazón, señor, a mí no me paga nadie por eso. Los tartufos y acusadores que predican moral son los que cometen inmoralidades abajo acusando a los demás”.

Este es su argumento para defender los narcoindultos. Él es bueno y no hay nadie como él. Aquí vemos a García dando lecciones de ética.

6.- “El Perú sigue teniendo una oportunidad extraordinaria para multiplicarse productiva y socialmente, y darle a la gente mejores condiciones de vida, trabajo, salud y vivienda. No tengo una queja básica sobre eso. Creo que se podría ir más rápido, pero, bueno, no todos gobiernan igual”.

No hay gobernante como García. Eso deberíamos entender con esta frase del expresidente. Que el mensaje quede claro. Y lo repite una y otra vez. Él es el ejemplo de mandatario, aquel que debería tener el Perú y quedarse por siempre o intercambiando períodos.

7.- “Me asignan el vivir obsesionado con volver a Palacio. No es tan entretenido estar encerrado 10 años en el despacho. En la posible elección del año 2016 hay un trasfondo de envidia”.

Como diría la canción, “Me tienen envidia”. No te atrevas a criticarlo porque serás envidioso. Su ego se desborda por todos lados y él pretende que no nos demos cuenta.

8.- “Hace 36 años me eligieron constituyente. Ni Piérola [...] Tenía la política en las venas desde los 4, 5 años. Vivíamos en Camaná con mi madre que era maestra y de pronto sentí un torbellino [...] Allí me pusieron un sello en la cabeza [...] Desde los 15 años estaba en mi variable conducir el partido para que triunfe”.

Escena de "bastardos sin gloria", en la cual marcan la frente de los nazis

Volvemos a la idea del “predestinado”. Un poco más y García Pérez nos decía que era el Mesías, que “solo Alan salvará al Perú”. Podemos resaltar también la mención al “sello en la cabeza”. Esa idea de que él y nadie más que él es el indicado para dirigir al partido y al Perú. Por último, ¿alguien sería capaz de decir que a los 4 años pensaba en política y en dirigir un país?

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Escrito por

Jorge Luis Paucar Albino

Comunicador con mención en Periodismo, especialización en Gobierno y Políticas de Salud (PUCP) y redactor en la Red Científica Peruana (RCP)


Publicado en

Redacción mulera

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