La Victoria es uno de los distritos más representativos de Lima. Entre sus linderos se encuentran la Plaza Manco Cápac, el estadio Alejandro Villanueva en Matute, los cerros San Cosme y El Pino, así como lo que alguna vez fue el mercado mayorista de La Parada. Asimismo, también alberga a uno de los principales motores económicos del país: el emporio comercial de Gamarra. 

Pero La Victoria, además, enfrenta una multitud de problemas, tanto de inseguridad (comercialización de drogas, pandillaje) como de infraestructura y servicios (pistas y veredas en mal estado, congestión en sus avenidas, zonas con basura, falta de áreas verdes). No es na plaza sencilla. 

Nada de lo cual desanima a un considerable número de personas de postular a la alcaldía del distrito.

Un paseo por cualquiera de sus principales avenidas nos permitirá observar las decenas de pancartas, pintas y banners que ya han comenzado a apoderarse del paisaje. Solo que en esta ocasión no se trata de nombres o rostros asociados a un determinado movimiento o partido, según la costumbre. 

En estos días, más de uno pretende identificarse con algún grupo establecido, pero por inferencia, mediante el uso de colores representativos que sugieren, pero no afirman, su afiliación. 

Son los 'precandidatos'. Ninguno es todavía una propuesta oficial, pero ya hacen actividades proselitistas de todo tipo. 

Los 'solidarios'

El caso más notorio es el de los precandidatos 'solidarios': seguidores de las directrices del partido del exalcalde Castañeda, como el resaltar la importancia de las obras —mejor si son enormes y de cemento— por sobre todo lo demás, defender una visión pragmatista en la gestión municipal, así como el de estar en contra de la alcaldesa Villarán. En su aparato publicitario el amarillo es el color fundamental.

Hay cinco nombres: Elías Cuba, Rubén Cano, Rudy García, Jessica Pereyra y César Ibarra. Estos dos últimos, según se desprende de una revisión de sus campañas en las redes, son los que menos impacto estarían teniendo entre la población. Mientras que Cuba, Cano y García vendrían a ser los más activos. 

Los tres son empresarios y los tres han difundido imágenes de sus paseos por los distintos barrios de La Victoria. Pero son, finalmente, Cuba y García los que han optado por desarrollar una campaña más intensa. Cuba tiene una página web. García, un video en YouTube que muestra las actividades realizadas por él y sus simpatizantes durante la Navidad.

Ellos dos son, también, los que más atención generan por los mecanismos que emplean para hacerse conocidos o para sustentar sus candidaturas. 

Cuba se vale de un artículo de Caretas para señalar que es el favorito, por el solo hecho de aparecer primero en la lista presentada.

García muestra, por su parte, una fotocopia de los resultados de una encuesta llevada a cabo por Idice en la que aparece como el precandidato solidario con mayor opción.

En otro plano, ambos tratan de exponer una imagen pública amparada en una vocación de servicio nata, pero concentrada en la búsqueda de resultados.

Cuba —con evidente apoyo del Photoshop y al mejor estilo de su líder, Castañeda Lossio— lo hace así:

Mientras que García habla de sí mismo y se muestra como un joven empresario con interés por su comunidad:

Rubén Cano está detrás de Cuba y García. Lo cual no significa que necesariamente deje de buscar un modo de calar en la mente de sus vecinos. De allí que funja de autoridad y sea capaz de implementar un rompemuelles en la vía pública, cumpliendo así con un pedido de sus probables votantes:

¿Por qué esta proliferación de 'solidarios'? Sin duda alguna, tiene que ver con el hecho de que Luis Castañeda Lossio es quien, por ahora y de acuerdo a las encuestas, se perfila como el próximo alcalde de la ciudad. De modo que integrarse a su partido significaría un triunfo seguro.

Los otros

Sí, aún hay más.

Y en este caso los hay de todo tipo: desde los más entregados, hasta los más desamparados, pasando por los empeñosos. Entre los primeros, definitivamente, los del partido Vamos Perú: Mario Uribe y Américo Chávez. Los empeñosos son independientes y no cuentan, por ejemplo, con el aparato publicitario de los 'solidarios', pero, pese a ello, continúan en la brega. Ellos son Roberto Portilla y Carlos Olórtegui. Y, por último, los desamparados, quienes pese a tener un partido detrás de ellos, pareciera que van por sí mismos: Lucía Ledesma y Martín Guevara, precandidatos del PPC, y Nilda Carranza, por Perú Posible. 

Portilla y Olórtegui, al igual que los 'solidarios', también van a buscar a los vecinos hasta sus propias casas. Conversan con ellos y organizan reuniones en las que les exponen sus intenciones. Pero al no contar con un amplio equipo de colaboradores, los resultados no son los mejores.

¿Cómo, entonces, interpretar imágenes como las que siguen? Aquí, las personas lucen obligadas o indiferentes...

Con Portilla:

Con Olórtegui:

Ninguno de los dos le ha asignado siquiera un nombre a su movimiento. Solo se valen de sus propios nombres como estandartes. También recurren a las nuevas tecnologías, pero no siempre con los mejores resultados.

El partido del actual alcalde del Callao, Juan Sotomayor, Vamos Perú, tiene en La Victoria a dos precandidatos en pugna: Mario Uribe y Américo Chávez.

Así como los 'solidarios', estos precandidatos deben avalar ante los ojos de la población su filiación a una agrupación específica, y el mejor —el único— modo de hacerlo es estar acompañado por los líderes.

Uribe aparece con Sotomayor y Fernando Altuve, candidato para Lima Metropolitana:

Chávez, apenas con Altuve:

Tanto Uribe como Chávez son empresarios victorianos. Pareciera que ese par de características fuesen los requisitos más importantes. Uribe va un poco más allá y construye un discurso de identidad para emparentarse con sus votantes utilizando la música. De allí que la canción oficial de su campaña y una a favor de su candidatura sean en dos de los géneros más apreciados por el victoriano promedio: salsa y criolla.

Uribe, afín al espíritu de la época, no solo recurre a los videos. También a los memes:

Victorianos, pero sin plan

Si es posible reconocer un patrón entre todos estos precandidatos, es que existe una fuerte predisposición por remarcar la pertenencia a La Victoria. Una frase como "La Victoria para los victorianos" lo evidencia. 

Por otra parte, la mayoría de ellos tiene un perfil que puede calificarse de conservador. ¿En qué sentido? Pues, por ejemplo, por su énfasis en la religión como un factor relevante en estas elecciones. Muchos de los candidatos apelan a una figura divina —católica, por cierto— como soporte de su integridad moral. También a que la familia nuclear tradicional es parte central de sus concepciones de lo que viene a ser un ciudadano modelo. Asimismo, la necesidad de distanciarse claramente de cualquier tendencia progresista o de izquierdas. Inclusive, la de exaltar a la 'mano dura' como la mejor opción de gobierno. 

Por último, y algo muy alarmante, es que ninguno de ellos presenta un plan de gobierno debidamente definido, ninguno al menos que pueda hallarse en sus páginas de Facebook o sus portales web. 

A lo mucho, un conjunto de promesas y buenas intenciones. De las que, dicen, está empedrado el infierno. A ver cómo les va (y a los vecinos, claro, que son quienes importan).