El reconocido constitucionalista Domingo García Belaunde se mostró a favor del proyecto de Unión Civil para parejas homosexuales ya que es una figura distinta al matrimonio que regula la realidad de una minoría en el país. 

"Las uniones homosexuales son un pedido de las minorías y en una democracia hay que atender los intereses de las minorías. En la medida que no es un matrimonio sino una figura distinta yo no vería ningún inconveniente en que se apruebe", manifestó en entrevista con Agenda Política.

"Se trata de un hecho que existe que hay que legislarlo de alguna manera, no ignorarlo. A la larga que es lo que sucede, las parejas homosexuales se las ingenian sabiendo que están con una enfermedad terminal para disponer de los bienes y que a la larga sean beneficiados. Más vale afrontar el problema y no escabullirlo".

Aclaró que de aprobarse no haría falta modificar la Constitución sino 'hacer una introducción dentro del código o una ley de carácter civil que sea complemento del código', y consideró totalmente innecesario someter este tema a referéndum.

"Eso no tiene sentido. En ninguna parte y menos en el Perú han habido referéndum para eso. Nuestra democracia es representativa no plebiscitaria. ¿Por qué vamos a hacer un referéndum? ¿Para qué? Se da la ley y quienes quieren se acogen a ellos. Según las estadísticas, a nivel europeo la población homosexual está entre 6% y 8%. ¿A quién afecta eso?", sostuvo.

Sin embargo, García Belaunde dijo que es 'difícil' considerar que en este caso se está pidiendo un derecho fundamental, pero que al ser una manifestación de la libertad de cada individuo tiene que darse.

"Me parece un poco difícil que sea un derecho fundamental, pero puede ser una manifestación de la libertad de cada cual y aún más si esto esta básicamente circunscrito al aspecto patrimonial y del orden civil yo no veo por qué alguien se va a molestar. Además no es obligatorio, quien quiere lo usa y quien no, no. Es como casarse o no casarse, es un problema de cada cual", dijo.

Finalmente, expresó que las leyes no pueden ir ligadas a los dogmas de las distintas confesiones religiosas existentes en el país, a raíz de las opiniones de los representantes de iglesias católicas y evangélicas.

"Son opiniones mudables de una confesión yo no creo que vaya a ese extremo. En todo caso que la iglesia hable para sus fieles, no tiene por qué decirme a mí lo que yo tengo que hacer (...) Si vamos a estar en el siglo XXI viendo leyes a ver si están en conflicto con el dogma, estamos perdidos", puntualizó.

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